Realizar valoraciones sobre los activos y la necesidad o no de contratarlos o de invertir en ellos es una de las tareas más complicadas a las que se puede enfrentar cualquier pequeño y mediano empresario. Sin embargo, también es una de las actividades que no pueden ni deben eludirse, no sólo ya con determinados productos sino con el global de la empresa. Y es que en muchos casos los emprendedores desconocen plenamente cuál es el valor real de su empresa.
Es necesario precisar que si bien existen fórmulas matemáticas para calcular el coste de una empresa en términos económicos, se trata siempre de cifras abiertas a la interpretación, ya que por el momento no existe ninguna fórmula capaz de valorar con precisión no sólo los activos sino también la posición en el mercado y perspectivas de futuro de una compañía sin margen de error. Además, cada sector y tipo de empresa se ajusta más a una metodología concreta. Javier Martí Corral, socio de Valorapyme explica en la página de Microsoft que, pese a todo “el método comúnmente más admitido y empleado para empresas no cotizadas es el de descuentos de flujo de caja”. Se trata de determinar el valor actual de los flujos de fondos futuros descontándolos a una tasa que refleja el capital aportado, ya que no se puede comparar el capital en diferentes periodos, por la variación del valor del dinero.
El problema de este método llega a la hora de predecir el comportamiento de la empresa en un plazo de cinco a diez años. Entramos así en el terreno de la especulación y las perspectivas de negocio, muchas veces terreno de desavenencias en el momento de la valoración. Otro de los inconvenientes llega a la hora de determinar la tasa de descuento que se debe aplicar, y que será decisiva para la posterior para que la pyme salga bien o mal parada.
Corral indica que existen varias fórmulas para calcular estos datos, aunque estas no siempre son capaces de analizar todos los intangibles que rodean la actividad empresarial. Es, por ejemplo, como analizar Coca-Cola sin tener en cuenta el valor de su marca. Así, a la cuenta de resultados y perspectivas se le deben añadir, según Intelec, otra serie de activos como el Capital Humano o intelectual, el Capital Estructural y el Capital relacional. Son, evidentemente, recursos difícilmente mesurables y que pueden terminar llevando a confusión a la hora de establecer el coste o valor real de la empresa. Por eso, siempre es recomendable hacer dos valoraciones por separado, una estrictamente financiera/contable y otra global.
Para quienes quieran conocer cuánto vale su empresa sin tener que realizar estos engorrosos cálculos. Empresas como la propia Valorapyme o Intelec disponen de servicios específicos al respecto. El precio, como es lógico, depende de la complejidad del estudio y el grado de profundidad que desee el empresario. Así, por ejemplo, en e-Valora, la aproximación de valor tiene un precio fijo de 50 euros más IVA, en tanto que un estudio a medida puede oscilar entre los 5.000 y 10.000 euros. La primera serviría para hacerse una idea de en qué punto de mercado se encuentra la compañía, en tanto que la segunda es necesario en caso de que la empresa esté en venta o busque socios de negocio.