Desde el comienzo de la crisis en el año 2007 la inflación acumulada en España es del 11,5%, mientras que el incremento salarial fue del 9%, por lo que los empleados perdieron dos puntos y medio de poder adquisitivo. Como suele ocurrir en la gran mayoría de las crisis crece la brecha entre los que más ganan y los que menos ganan.
Los empleados y los mandos intermedios son los que más perjudicados se vieron con respecto a los salarios y la perdida del poder adquisitivo del mismo. La brecha entre los directivos, los mandos medios y el personal base tienen un salario 3,5 veces superior con respecto al nivel inferior inmediato. Por ejemplo si un directivo cobra 75.000 euros anuales, los mandos intermedios tienen un salario anual de 38.000 euros y los operarios un salario de 21.000 euros anuales.
Según el presidente de ICSA, consultora que presento en cuyo informe se exponen estos datos, asegura que “con la crisis ha bajado el valor de mercado de todas las posiciones. Los empleados, cuyas retribuciones evolucionaban por encima de la inflación hasta 2010, son los grandes afectados por la reforma laboral aprobada por el Gobierno, por los descuelgues de los convenios y las reducciones salariales que han protagonizado la mayoría de las empresas. Sin embargo, a los directivos les falta sensibilidad; deberían dar ejemplo”
El salario del sector industrial tiene un comportamiento opuesto al que tienen los trabajadores en el sector financiero, el cual generalmente es uno de los sectores que tradicionalmente cuenta con uno de los salarios más importantes. En el primer caso el salario de los directivos como así también el de los mandos intermedios tienen una tendencia positiva, en el sector financiero se produce una disminución del salario de los directivos como el de los mandos intermedios el cual se encuentra entre el 5% y el 10% con respecto al salario del año 2011.
Para el año 2013 se espera que el salario de los industriales siga incrementando la brecha entre los distintos sectores. Las reducciones de plantilla se han llevado a más del 40% del personal de base, frente a un 23% de los directores. Y, cuando han protagonizado nuevas contrataciones, al menos en el 16% de ellas lo han hecho a costa de salarios entre un 10% y un 20% más bajos.
Podeva sostiene que “los directivos tienen que ser capaces de diseñar un modelo retributivo nuevo, que no solo considere el IPC, sino aspectos del salario que motivan al trabajador y deducciones fiscales aprovechables. Un modelo flexible que haga sostenible a la empresa en el tiempo y que suponga un reparto equitativo de los beneficios entre toda la plantilla”.