Una reciente encuesta mostraba que una mayoritaria parte de los trabajadores españoles rechazaban (si pudieran elegir) la opción del teletrabajo. Dentro de este rechazo existen muchos factores que pueden ir desde lo cultural hasta lo social, pero uno de ellos sin duda es la falta de tradición y de optimización de los recursos humanos a la hora de trabajo remoto.
Una de las claves de las pequeñas y medianas empresas cuando desean optimizar los recursos humanos en mente de trabajo, y de este modo mejorar la productividad, pero también la experiencia laboral del trabajador, es centrarse en una serie de puntos que permitan dicha optimización, y entenderlo como una fórmula tan importante como las políticas de recursos humanos y optimización de trabajo que se aplican de manera presencial.
Claves de la optimización de los recursos humanos en el teletrabajo
La primera clave fundamental es la definición clara de las expectativas, los objetivos y las metas.
Hay que tener en cuenta, que, en el trabajo remoto, el trabajador sufre de una cierta soledad laboral que la tecnología no suple. Dentro de esta soledad laboral, la falta de objetivos, metas y control sobre los mismos, acerca al trabajador al principal enemigo de trabajo distancia: la procrastinación.
En este contexto resulta muy importante que el trabajador no sólo reciba los objetivos como una orden laboral, sino que los comprenda, participe en su elaboración, y los convierta en una parte importante de su desarrollo profesional.
La segunda clave fundamental para optimizar el trabajo remoto, es hacer todo lo posible para que el trabajador siga sintiéndose parte de un equipo, y no un trabajador individual. Esto es fundamental. En muchas ocasiones hemos hablado de la importancia de establecer buenos equipos dentro de las pymes, y el concepto de pertenencia como una herramienta básica. En el trabajo remoto no debemos olvidar este aspecto. Para ello, podemos utilizar todos los recursos tecnológicos a nuestra disposición, facilitar las reuniones virtuales, el contacto entre trabajadores, la necesidad de consultas internas de manera rutinaria, etc.
La tercera clave a tener en cuenta, sobre todo en aquellas empresas que mantienen a una parte de sus trabajadores de manera presencial y otra parte de manera remota, es generar una conexión constante entre ambos modelos de trabajo. Incluso cuando se plantea el trabajo remoto como un proyecto a largo plazo para la empresa, es absolutamente necesario que los trabajadores a distancia conecten con el conjunto de empleados presenciales. Esto no sólo se logra a través de las reuniones virtuales, de hecho, es importante en la medida de lo posible, generar entornos presenciales recurrentes, del mismo modo que, para los trabajadores presenciales, es importante generar entornos virtuales recurrentes.
Aunque podríamos detenernos en muchos otros aspectos, estas tres claves son básicas. Y, como concepto general, es importante tener en cuenta que no podemos, como empresa, dejar aislado al trabajador remoto, de la misma manera que no lo haríamos en un trabajo presencial. Para el trabajador, puede que al principio resulte cómodo, pero a medio y largo plazo la productividad se va a ver afectada cuando no existe directrices claras, comunicación clara y sentido de pertenencia y conexión con el grupo.