Estar más horas de lo normal fuera del trabajo, hablar con tus compañeros, pasarte 20 minutos para hacer un café o faltar repetidas veces a tu puesto laboral son cosas que pueden haber pasado a la historia, debido a la crisis generalizada que viven algunos países europeos, como España.
Según el periódico El Economista, la crisis reduce el absentismo laboral en algunos sectores económicos por temor a despidos, a formar parte de un expediente de regulación de empleo o a cualquier otra causa que pueda hacer perder un puesto de trabajo en unos momentos en los que tener empleo resulta muy valioso.
Fuentes de la patronal de mutuas de accidente de trabajo y enfermedades profesionales AMAT confirmaron que en algunos sectores y empresas se está reduciendo el absentismo, si bien el gasto de las mutuas en el pago de prestaciones se está incrementando.
Y es que, hoy en día, mantener un trabajo se está convirtiendo en una prioridad y casi un lujo, y los trabajadores andan algo preocupados por la situación actual, de manera que intentan ser más respetuosos en su trabajo, ser más productivos y no faltar al trabajo por nada del mundo. Hemos de pensar que el absentismo laboral tiene importantes costes para las empresas y también para la Seguridad Social y las mutuas. Durante los primeros quince días, la baja por incapacidad temporal (IT) derivada de una enfermedad común la abonan las empresas y a partir del decimosexto día el gasto recae sobre la Seguridad Social o sobre las mutuas, dependiendo de si la empresa tiene contratada o no a una mutua. Y eso es lo que ya no interesa a los trabajadores en este momento.
>Un informe reciente de Adecco cifraba el absentismo laboral en el 6%, tasa que se ha duplicado en España en los últimos cuatro años y que supera la media europea, situada en el 4,6%. De acuerdo con el informe elaborado por esta empresa de recursos humanos, la mayor parte de las veces este absentismo es injustificado y responde a la ausencia de motivación e insatisfacción laboral de los trabajadores.