Las pymes tienden a desaparecer en masa por la crisis

Desde diferentes ángulos aún con distintas cifras, coinciden que España pierde empresas en función del empeoramiento de la crisis económica. Esto hace que nadie se aventure a constituir una nueva sociedad. Y son más todavía las compañías que se ven forzadas a solicitar un concurso de acreedores para mantener la actividad cada vez más deteriorada.

Los concursos de acreedores registraron un aumento en un 173% interanual durante el segundo trimestre de 2009, la disolución de empresas creció en cerca de un 42% hasta Junio y la constitución de sociedades se redujo en un 15% en el mismo período. Estos datos afectan mucho más a las pequeñas y medianas empresas.

En 2008 se redujo por primera vez el ritmo de crecimiento continuado, según el cual el número de empresas existentes en España aumentó un 40% entre 1997 y 2007. Sin embargo, el año pasado ya fueron más de 66.000 kas que cesaron su actividad.

Igualmente, dentro de todo dato estadístico siempre hay un signo positivo, sea mirando hacia atrás o evaluando la situación a futuro. Al estudiarse los porcentajes de variación entre un año y otro, puede que haya signos alentadores o por lo menos no tan catastróficos. Durante 2008 desaparecieron más de 66.000 empresas, lo que significa una disminución del censo empresarial de cerca del 2%.

España tenía el año pasado, 3,35 millones de empresas. Sin embargo, la mayoría eran empresas unipersonales ya que más de la mitad no contaba con asalariado alguno. De hecho, el Ministerio de Industria indica que el 99% son pymes o empresas que tienen entre 0 y 250 trabajadores.

No importa el tamaño si se mira el panorama en general, debido a que el descenso de sociedades operativas en el año pasado llegó a afectar a todos sin excepción alguna. La situación está lejos de cambiar en 200, si bien las microempresas y los empresarios autónomos son los que más están sufriendo las consecuencias.

Entre agosto de 2008 y agosto de 2009 se han perdido 117.000 empresarios autónomos y se estoma que a finales de  2009 sean unos 200.000, siempre y cuando no les concedan créditos y no baje la morosidad que tienen actualmente. Otros más alarmistas prevén que la recesión económica acabará con unas 600.000 empresas.

Es muy difícil que los emprendedores se animen a emprender con las dificultades que encuentran. Por lo que no se constituirán ni pymes, ni spin-off o ni aparecerán nuevos autónomos mientras no vean fluir la actividad y la financiación. Actualmente existe una incapacidad por diversos factores propios de la crisis económico-financiera y factores propios de cada sector. No se tiene mucha esperanza en la creación de nuevas empresas o nuevos empleos hasta en las grandes corporaciones.

Las consecuencias finales, o mejor dicho, el resultado final de esta situación será que la pequeña empresa va a desaparecer en masa, en tanto que la mediana y grande se mantendrán con una menor actividad hasta donde puedan.

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