Con la crisis se han disparado la morosidad y al amparo de los mismos ha florecido todo un sector, el de gestión de impagos. Su crecimiento sirve para darnos una medida de cuanto general las facturas que dejan de cobrar las empresas: 560 millones de euros en facturación para este tipo de empresas, aunque la cartera global gestionada es de 71.000 millones.
Morosidad y financiación son, en ese orden, las mayores preocupaciones de las pyme y los trabajadores autónomos. Los últimos datos sobre impagos parecen corroborar ese orden de prioridades. En su informe «Empresas de Gestión de Impagos», DBK, filial española de Informa D&B , hace una radiografía del sector que bien puede servir para ilustrar como en toda crisis surgen oportunidades. En este caso, la oportunidad de unos llega por la desgracias de otros en forma de dificultades para cobrar por parte de las empresas.
Así, la facturación agregada de las empresas del sector alcanzó los 560 millones de euros en 2010, lo que supone un aumento del 7.7%, algo menor que el de ejercicios pasados, pero todavía importante. Sin embargo, lo realmente espectacular llega por el lado de la cartera total de impagados, que alcanzó los 71.000 millones de euros o un 16,4% más. Si tenemos en cuenta que no todas empresas recurren a servicios de gestión de impagos, sirve para hacerse a la idea del problema de la morosidad en el país. Además, lo peor es que cada vez resulta más complicado cobrar el dinero, incluso para los profesionales. De hecho, la tasa de recuperación de estas empresas cayó hasta el 16,2%, casi siete puntos en los últimos cuatro años.
De esta forma, el volumen de créditos de dudoso cobro de las entidades financieras se situó por encima de los 107.000 millones de euros a finales de 2010, un 15% más que en 2009, lo que supone una tasa de morosidad del 5,81%, más del doble que dos años antes.
A corto plazo, la cartera gestionada por las empresas especializadas seguirá creciendo a un ritmo notable, manteniendo previsiblemente tasas de variación de dos dígitos. Sin embargo, continuará reduciéndose el porcentaje de recuperación, lo que motivará una nueva ralentización del ritmo de crecimiento del volumen de negocio de las empresas del sector. Así, la facturación sectorial podría crecer alrededor del 5% en 2011, manteniéndose ligeramente por debajo de los 600 millones de euros.
En España hay 840 empresas dedicadas a la gestión de impagados, aunque las cinco principales acumulan el 28% del negocio y las diez principales el 40%.
¿Conviene contratar?
Con los datos en la mano quien más y quien menos se planteará si tan necesario resulta contratar los servicios de una empresa de gestión de cobros. Lo cierto es que depende en gran medida del presupuesto de nuestra propia empresa y de las necesidades de caja. Desde un punto de vista puramente operativo se podría aplicar la misma estrategia que a la hora de externalizar servicios: resulta más eficiente contratar a expertos en lugar de perder tiempo y desviarnos de nuestro ‘expertise’. Pero sin embargo, lo que quizás hace realmente recomendable la contratación de este tipo de servicios es la parte emocional que está ligada a la reclamación de una deuda. A nadie le gusta tener que llamar a un cliente para recordarle que no ha pagado, y mucho menos si no es el primer aviso. El desgaste psicológico al que obliga después tiene su repercusión en el trabajo y en el rendimiento que podremos ofrecer.
Además, en la mayoría de casos estos servicios pueden ser hasta gratuitos. La clave pasa por pactar un porcentaje sobre los importes recuperados, de forma que si la empresa de recobro no obtiene resultados no habría que hacer ningún tipo de desmbolso. Eso sí, en caso de que se recuperase el dinero, nunca cobraríamos el total de la deuda, sino sólo una parte.
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