El verano, para muchos emprendedores, genera una cierta ansiedad a la hora de tomar la determinación clave de si deben tomarse vacaciones o no. Claro, esto sólo ocurre en aquellas personas que pueden permitirse este dilema, ya que habrá negocios, empresas o proyectos que necesitan del empuje constante, incluido en el periodo estival.
Sin embargo, lo primero que debemos aplicarnos si nuestra empresa o pyme si puede realmente permitirse que el personal tome vacaciones, es que las vacaciones son necesarias.
Realizar una parada en el desempeño profesional no sólo es altamente gratificante, sino estrictamente necesario ya que, el agotamiento profesional, algo de lo que ya hemos hablado cuando nos referimos al síndrome del quemado, es un enemigo mortal de las pequeñas y medianas empresas.
Pero ¿y si no puedo tomar vacaciones, pero baja la actividad?
Curiosamente este es un escenario más común de lo que parece. Son muchas las pequeñas empresas y autónomos que no pueden tomarse vacaciones por qué no deben mantener cierto ritmo productivo en la empresa, aunque la actividad baje de manera notable. Este escenario es incluso peor que quedarse a trabajar de manera completa, ya que, los tiempos muertos van a ser muchos y, no siempre vamos a saber cómo emplearlos de manera útil.
Los consejos que, en esta situación, se suelen dar son bastante concretos y se orienta a relajar la actividad profesional sin llegar a desconectarse, aprovechando el tiempo para actividades más cómodas, o mentalmente más. Por ejemplo:
Nuevos proyectos
El verano es un momento muy adecuado para planear los nuevos proyectos empresariales. Se trata de un momento del año en el que es posible, generalmente, contar con una mejor perspectiva ya que habitualmente la productividad desciende, salvo sectores muy concretos. Planificar nuevos retos, nuevos proyectos o mejorar ideas, es una actividad interesante que, además, de ser gratificante intelectualmente, va a contribuir a la empresa y a su futuro desarrollo.
Pon orden
Para empresas que mantienen un orden estricto de las cosas esto puede no ser relevante, pero, poner orden tanto en la documentación como en el propio entorno profesional es una actividad muy saludable en periodos de baja productividad.
Por ejemplo, organizar los espacios, desechar documentaciones antiguas u organizar el sistema documental, maquinaria, herramientas, etc.
Es una actividad que muchos casos puede ser mecánica, pero que conlleva algo de acción física, lo cual vendrá bien, y, también contribuye a la mejora de la empresa.
Revisa tus cuentas
Bueno, esto tal vez no sea tan divertido, pero es estrictamente necesario. Revisar las cuentas, incluso cuando ya tienes delegada hasta la actividad en una asesoría, es interesante. Te va a permitir tomar
contacto con la realidad de tu compañía, pero, además, te va a permitir estudiar a fondo cuestiones como los suministros, los costes etc. Y es muy probable, sobre todo para el autónomo, que encuentres algún punto de mejora que aprovechar cara a la entrada en la nueva temporada.