Implantar una solución de movilidad permite a la pyme mejorar su productividad y reducir los costes en algunas áreas de negocio. Sin embargo, antes de lanzarse de pleno a implementar este tipo de herramientas el empresario debe plantearse varias cuestiones, empezando por el tipo de solución concreto que necesita para su negocio. Y es que dependiendo de las particularidades de la compañía, su sector de actividad y el uso que quiera darle deberá adquirir un tipo de dispositivo u otro (PDA, Smartphone, Tablet PC…), la calidad del mismo y el tipo de programa. De hecho, la selección del aparato es clave, ya que deberá adaptarse a las necesidades de la función que debe cumplir tanto por sus prestaciones como por su tamaño y diseño.
Ignacio Pomar, responsable de sistemas de Datisa, explica que existen una serie de retos que toda pyme debe plantearse. Así, “una PDA debe servir para lo que tiene que servir. En un almacén para hacer stock y en un restaurante para gestionar las cartas, por ejemplo”. Es decir, hay que entender cada dispositivo, conocer sus funciones y saber cuáles son sus limitaciones.
Sin embargo, si la selección de dispositivos es clave no lo es menos la forma en la que se integrará con el sistema operativa. Tanto es así que si este proceso no se gestiona de forma adecuada puede haber tantos problemas a posteriori que toda la inversión habrá sido en balde. Lo mismo ocurrirá si no se gestiona correctamente el cambio en el ámbito operativo y de recursos humanos. En este sentido, lo más importante es explicar a los empleados el por qué de la implantación de la solución de movilidad, qué ventajas obtendrán tanto ellos como la empresa (especialmente ellos) y ofrecer un tiempo razonable para que se adapten a la nueva forma de trabajo.
Pomar explica que, en cualquier caso, “hay que tener claro que se quiere conseguir antes de implantar una solución de movilidad”, algo que no sucede con todas las pyme. Muchos empresarios desconocen las ventajas de estas herramientas, mientras que otros simplemente han oído hablar de ellas y deciden comprarlas por ‘estar a la moda’. Desconocen exactamente qué puede reportarles y tampoco tienen tiempo para aprender su manejo, por lo que posteriormente deben invertir buena parte de sus recursos económicos y de tiempo en subsanar estas deficiencias. Como en otras tantas ocasiones, todo se reduce a la falta de tiempo para informarse sobre las novedades del mercado, pero tanto por parte del empresario como de buena parte proveedores (especialmente de los más pequeños). Pese a todo, en estos casos siempre es más recomendable acudir a los expertos en busca de asesoramiento que embarcarse en este tipo de aventuras en solitario. Como suele decirse, más vale prevenir que curar.