Las empresas españolas han reducido sus inversiones en el exterior en un 27%. La inversión en el extranjero no se ha escapado de la crisis. El flujo de inversión española neta en el extranjero se redujo en un 26,91% en el año 2011, hasta las 11.223 millones de euros aproximadamente, una bajada que se dispara hasta el 86,28% en consecuencia al año 2007, antes de la crisis, cuanto se situó en unos 81.811 millones de euros aproximadamente.
Las desinversiones sufrieron un aumento alrededor de un 5% el año pasado, alrededor de unos 14.078 millones de euros. Todo esto es extraído del Tercer Informe del Observatorio de la Empresa Multinacional Española que fue elaborado por ESADE, con la colaboración del ICEX (Instituto de Comercio Exterior).
El documento, que tiene el nombre de Retos de Futuro de la Multinacional Española, analiza la gran magnitud de la inversión española en el extranjero y el volumen de negocio de las multinacionales españolas.
Este informe refleja datos esperanzadores, a pesar del descenso de la inversión neta. Durante los años de la crisis se reforzó el perfil internacional de las empresas de España, especialmente en inversiones extranjeras sin socios locales, comúnmente llamadas operaciones greenfield.
El cambio mas significativo se ha producido en la localización geográfica de lo flujos de inversión, con un aumento pronunciado en el sudeste de Asia.
En cuestión de filiales en el extranjero, tres de cada cuatro empresas del IBEX35 facturarán más en sus empresas filiales que en las empresas matrices.
Este acto ha sido denominado por Jaime García, Secretario de Estado de Comercio, como un “único sector que nos da buenas noticias es el exterior”. Además de que “sin los resultados económicos de actividad en el extranjero el PIB caería un 3%”. Continuó valorando la solidez del país, resaltando que España tiene un superávit en la balanza de pagos con países como Alemania o Austria y que su posicionamiento geográfico ha sido realmente acertado. Este elogió la última reforma laboral y dijo que el Gobierno debe hacer las reformas necesarias para que las empresas puedan tener las misma condiciones de competitividad.