Preparando tu empresa para la nueva ley de inteligencia artificial: Guía práctica para el cumplimiento y la responsabilidad

La inteligencia artificial (IA) está cambiando las acciones operacionales de una empresa, así como las relaciones que mantienen con sus clientes. Es una tecnología que está creciendo a pasos agigantados y cuyo control, ya sea operacional, ético o legal; es uno de los retos actuales de las empresas. Su influencia está en aumento y esto también se aprecia en otros campos como la educación, pues las personas que deciden estudiar marketing digital online encuentran varias asignaturas y muchas referencias que están relacionadas con este innovador concepto. A nivel legislativo, la IA también supone una preocupación para las empresas, que tienen la obligación de adaptarse a la nueva normativa al respecto, desde su cumplimiento y la responsabilidad. En este post vas a encontrar una guía práctica sobre cómo una empresa puede prepararse para la nueva ley de Inteligencia Artificial que propone la Unión Europea.

Evaluación del impacto de la ley en tu empresa

La estricta regulación que la UE quiere llevar a cabo sobre los desarrolladores de IA, por medio de la nueva normativa, es uno de los principales impactos que ésta tiene sobre las empresas, hasta el punto de que algunas de las firmas más potentes han mostrado su rechazo. Una compañía que pretende implementar y desarrollar esta tecnología en su producto tendría que hacer frente a unos costes de responsabilidad muy grandes, ya que deben informar con detalle de cada uno de los movimientos realizados.

En ese sentido, las compañías que están situadas en un nivel de alto riesgo, tienen que cumplir con determinados requisitos referidos a los datos y su registro, la información a los usuarios, la ciberseguridad o la transparencia. 

Cumplimiento de la ley

La nueva ley de Inteligencia Artificial que ha propuesto la Unión Europea es de obligado cumplimento para todas las empresas que están localizadas dentro del territorio comunitario. Su incumplimiento implica importantes sanciones económicas, que pueden alcanzar los 30 millones de euros, en el caso de las empresas más potentes. A modo de castigo, también se propone sancionar con hasta el 6% del volumen económico que la empresa ha facturado en el ejercicio anterior. No cumplir la normativa puede suponer, además, un perjuicio añadido, pues la empresa quedaría expuesta a las posibles reclamaciones de los usuarios que se sintieran dañados.

Ética y prácticas responsables

La ética y las prácticas responsables son puntos preocupan a las instituciones comunitarias y por ello adquiere una importancia capital en la nueva ley. Las empresas que se lanzan a la IA tienen que trabajar sobre un marco ético y esto se aborda desde el lado negativo. Hay usos nocivos que quedarán prohibidos, como las técnicas de carácter subliminal, el recurso a los perfiles infantiles o la puntuación social cuando los Gobiernos son los propulsores.

Impacto en la innovación y oportunidades de negocio

La nueva ley no limita la innovación, si bien sí que supone un estricto control con el fin de vigilar que las prácticas sean responsables. En ese sentido, el crecimiento a partir de la innovación queda abierto y sujeto a las capacidades de las empresas. La Inteligencia Artificial, utilizada correctamente, permite abrir nuevas y potentes oportunidades de negocio.

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