Se da por buena la afirmación que dice que jamás en la historia hemos tenido tantas posibilidades de consumo y, que nunca la publicidad llegó a los niveles de personalización por perfiles de la actualidad, sin embargo, no todos los grupos se ven bien reflejados en los mensajes publicitarios. Según el estudio de Mumsnet and Saatchi & Saatchi a las madres de hoy en día les cuesta verse reflejadas en la publicidad.
Si lo pensamos bien, esta ausencia de identificación de la madre actual con respecto a su imagen en la publicidad, es un error de bulto, ya que estamos ante uno de los perfiles de consumidor más influyente y más importante, al que, sin embargo, por lo visto no se le está prestando la atención que merece.
En general lo que se extrae de este informe es que las campañas publicitarias actuales destinadas a las madres parten de conceptos totalmente anticuados y obsoletos, de algún modo, se están manteniendo patrones similares incluso a los que se utilizaba en la publicidad destinada a las amas de casa en los años 60 del pasado siglo, esto a todas luces no sólo es un error ya que, la madre de hoy y poco o nada tiene que ver con la madre de hace 30 o 40 años, sino que además pone en tela de juicio la relación con las marcas y la publicidad generada nada menos que al grupo de consumidores que domina por ejemplo el sector de las compras en dirección al hogar, incluyendo cuestiones tan importantes como la alimentación entre otras.
Resulta curioso que en pleno ritmo de cambio brutal de la industria publicitaria, en el que además las propias empresas, desde las más grandes hasta las pymes, tienen conciencia absoluta de la necesidad de mensajes claros y bien dirigidos a sus potenciales clientes, se siga manteniendo una postura inmovilista respecto a las necesidades de uno de los principales consumidores en prácticamente todos los mercados y sectores, una especie de actitud a caballo entre lo obsoleto y lo paternalista que, por ejemplo, obvia que por más del 40% de las mujeres realizar sus compras a través de Internet, o la relación entre la mujer y la tecnología al mismo nivel por supuesto que el uso que de ella hacen los varones.
Es importante haber determinado esta realidad, pero, más importante es la toma de conciencia por parte de las marcas del cambio de modelo familiar, y por supuesto del cambio de modelo de padre y madre, en el que, es más, si tuviéramos que marcar quién ha evolucionado en mayor medida respecto a asuntos como el consumo, las compras relacionadas con el consumo, las compras en general relacionadas con la familia, es obvio que el perfil de la madre gana por goleada.
¿El futuro?
Pasa por el reconocimiento como decíamos de las marcas y las empresas en la necesidad de reinventar nuevos modelos de comunicación que sitúen a las madres actuales en su verdadero contexto, que no las retrotraigan a modelos publicitarios antiguos de los que ya no se ven en absoluto reflejadas, es más, en muchos casos de los que se huye por arquetipos de lo que no debe ser.
Es obvio que las partes implicadas van a participar de estos cambios. El potencial que supone para las marcas tener a favor o en contra, o tener más o menos nivel de identificación, con un perfil tan poderoso, es lo suficientemente importante como para justificar el hecho de no abordar de manera demográfica el asunto, sino participar de una imagen de la maternidad real, ajustada al siglo XXI y alejada de los estereotipos, probablemente éste sea el mejor comienzo de un nuevo modelo publicitario más realista y adecuado, algo que por ejemplo en otros segmentos y perfiles se lleva haciendo mucho tiempo.
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