La encrucijada de las Pymes españolas en 2022

El año 2022 va a ser muy importante para las pequeñas y medianas empresas españolas. Teóricamente debe ser el año de despegue tras los dos años horribles motivados por la pandemia. Sin embargo, la encrucijada tecnológica va a ser sin duda uno de los obstáculos a superar.

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Si algo nos ha enseñado el correo a virus, además de la fragilidad de los sistemas económicos, sociales e incluso humanos frente a catástrofes como la pandemia, es que, desde el punto de vista laboral, las pequeñas y medianas empresas españolas están a años luz desde el punto de vista tecnológico respecto a países próximos e incluso vecinos.

 
Lo que supuso la necesidad de adaptar el teletrabajo a la mayoría de empresas puso al descubierto una situación compleja en la que, no sólo no estamos preparados de manera específica para trabajar en remoto, también, los niveles tecnológicos aplicados a las empresas de pequeño y mediano tamaño, son muy bajos, y en algunos casos, la innovación tecnológica prácticamente inexistente.

 

Si pensamos que en la actualidad los avances tecnológicos, los nuevos modelos de comunicación, Internet y las nuevas formas de trabajo son fundamentales, entendemos que los próximos años van a ser clave ya que la empresa española necesita obligatoriamente resituarse respecto a cómo se relaciona con la tecnología.

 

Es cierto que cada vez existen más iniciativas tanto gubernamentales como sectoriales, territoriales o locales, orientadas a que el autónomo y la pyme, mejoren de manera amplia la aplicación de nuevas tecnologías en sus negocios, pero, la distancia que nos separa de países como Francia o Alemania es abismal. Y esto se está convirtiendo en un problema cara a un mercado cada vez más global en el que muchas de nuestras empresas deben competir en el mismo escenario, pero con diferentes herramientas, generalmente peores. Dentro de los aspectos en los que más se está notando esta diferencia hay que destacar, por un lado, los modelos de comunicación y relación tanto interna como externa, con muy poca presencia tecnológica y herramientas de valor añadido.

 

Otra área notable de mejora es la de las herramientas de mejora en cuanto a trabajo remoto y opciones que aumenten la productividad desde el apartado tecnológico. Para una gran mayoría de empresas españolas, no adscritas al sector tecnológico, hablamos en muchos casos de sistemas, productos y herramientas que pueden incluso llegar a sonar a ciencia-ficción cuando son utilidades que probablemente ayudarían a la mejora de la productividad de manera sensible.

 

Por último, no menos importante, la adopción de nuevos modelos de enfrentarse a la tecnología, desde la formación e investigación continua. Esto es algo que no se está aplicando más allá de elementos comunes muy útiles pero que ya están incorporados a la vida cotidiana como las comunicaciones básicas. Las empresas van a necesitar reciclarse, estar al día y conocer hacia dónde evoluciona el mercado si quieren poder competir en un entorno global y cada vez más complejo.

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