La bajada de los salarios y la creación de empleo

Olli RehnEsta pasada semana tanto el Fondo Monetario Internacional como la Comisión Europea han recomendado a España rebajar un 10% los salarios para impulsar así la creación de empleo. En realidad la idea surgió del FMI, y pocas horas después era el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Olli Rehn, quien apoyaba la iniciativa.

Más que una recomendación se antoja como una postura a tomar o tener en cuenta, hasta el punto de que el propio Rehn declaraba que aquellos sectores que rechacen la propuesta deberían cargar sobre sus hombros con la enorme responsabilidad de los costes sociales y humanos. ¿Tan seguro pueden estar de ello? Evidentemente el escepticismo que ha creado la propuesta tanto en la sociedad española como en el Gobierno es máximo.

Sin ir más lejos, la Federación de Organizaciones de Profesionales, Autónomos y Emprendedores (OPA) ha salido a la palestra para afirmar que esta bajada de salarios agravaría aún más la situación ya de por sí delicada de los españoles y que, como pescadilla que se muerde la cola, la repercusión negativa incidiría directamente en las ventas de los autónomos y pymes. O lo que es lo mismo, a menor sueldo menor consumo, algo que es realmente de cajón.

Las estadísticas en cuanto al número de empresas activas ya dejó bien claro a finales del 2012 que la situación de las pymes nos es ni mucho menos la mejor. Con un 1,7% acabamos de atravesar el quinto año consecutivo en el que se reduce el número de estas empresas. Si a esto se le añade la elevada tasa de paro, los recortes y la recesión económica, el panorama para este 2013 sigue siendo igual de sombrío.

¿Rebaja de sueldos = creación de empleo?

¿Podemos hacer frente a una rebaja salarial de este tipo para, según el FMI, ayudar a la creación de empleo y ganar competitividad?, ¿podemos asumir que si reducimos los costes laborales las empresas van a poder contratar más barato y reducir así el precio de sus servicios?

Curiosamente somos uno de los países donde mayor número de horas trabajamos al año, y sin embargo no parece que ese rendimiento repercuta beneficiosamente en nuestra economía. ¿No será que si nos bajamos el sueldo la cosa irá aún peor? Tal vez la solución bien podría ser crear productos de buena calidad, acertar con lo que ahora demanda el mercado y dotar a las empresas de un mayor valor tecnológico.

Lo cierto es que si finalmente se lleva a cabo esa reducción de los salarios, el consumo menguará y el horizonte que se presenta a los nuevos emprendedores no es ni mucho menos el más placentero dentro de la tempestad. Como ya hemos comentado en más de una ocasión, un trabajador feliz es más productivo y aporta más beneficios.

 

 

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