Un equipo creativo vale su peso en oro. Sigue estos ocho pasos y conseguirás poner en marcha la mente innovadora de tus empleados.
La creatividad es fuente de avance e innovación y sin embargo, son pocas las compañías que logran ser genuinamente creativas. De hecho, si preguntásemos a los trabajadores, no serían muchos los que definirían su entorno de trabajo o su labor como creativa. La necesidad de cumplir objetivos, la obsesión por medir y por el corto plazo y sobre todo la responsabilidad hace que no siempre sea fácil sacar a relucir esta faceta en la oficina.
Si quieres evitar que esto pase en tu entorno laboral o que mine tu equipo de trabajo debes asegurarte de que creas en ambiente adecuado para espolear incentivar la creatividad. Y como no hay cosa más imaginativa que un niño pequeño, nada como volver en cierto sentido a la infancia para que se encienda esa mecha. Estas son ocho formas de lograrlo.
Cambia tu entorno
Las empresas más innovadoras del mundo tienden a contar también con las oficinas más vanguardistas en parte como reflejo de su carácter y en parte como método para fomentar esa cultura. Es complicado que la imaginación eche a volar en un entorno gris.
Dale una vuelta al lugar de trabajo con algo más de colorido e incluso poniendo tu propia banda sonora laboral -Spotify puede ayudarte con su elección de emisoras según la actividad que estés llevando a cabo-. No hace falta que te gastes un dineral en el cambio. A veces será suficiente con que des libertad a cada departamento para decorar a su manera.
Fuerza un poco el proceso
A las personas les cuesta salir de su zona de confort y para ser genuinamnete creativo hay que hacerlo. Dedica parte de tu presupuesto a desarrollar nuevas ideas e impulsar los procesos creativos. Lo mejor de todo es que al final la empresa y los trabajadores te lo agradecerán.
Mantén tu mente abierta
Los niños suelen decir lo primero que les viene hasta y no descartan ninguna idea, por rada o descabellada que parezca. La experiencia y nuestra mente adulta es la que va poco a poco estableciendo que es aceptable y qué no y qué ideas es mejor guardarte para ti mismo.
Deja de acerlo, premia las nuevas ideas y, por qué no, premia las más alocadas. Así conseguirás eliminar la principal barrera creativa, el descartar automáticamente una propuesta incluso antes de formularla.
Celebra el fracaso
En línea con lo anterior, la mayoría de veces que descartamos mentalmente una solución innovadora es por miedo al fracaso, a que no funcione. Los niños no funcionan así porque no tienen ese miedo a no consegruilo.
Una forma fácil de ayudar a tus empleados a superar este miedo es no haciendo hincapié en los fracasos cuando se han esforzado de verdad y han sido imaginativos.
Juega a las construcciones
No hace falta que compres un Lego para la empresa, aunque eso desde luego sería una propuesta de lo más creativo, pero sí que inventives a tu equipo a construir ideas constamente, a trabajar sobre nuevos supuestos con libertad. Esto servirá para activar su mente y ejercitar su creatividad hasta que ésta termine surgiendo casi como un reflejo.
Olvídate de la productividad
Aunque la productividad, especialmente a corto plazo, es la reina de la empresa, no debrías incluirla en el proceso creativo. Evidentemente debes medir los resultados de tus acciones, pero no siempre esperes obtener un retorno inmediato porque estos procesos tardan en dar sus frutos.
Practica, practica y practica
Evidentemente hay personas más creativas que otras, pero esta habilidad también puede entrenarse. Según apunta Malclm Gladwell en su libro Outliers, son necesarios una media de 10.000 horas de práctica para convertirse en un experto en cualquier campo. Esto supoen destinar 20 horas a la semana durante 10 años a practicar tu creatividad.
Todo es posible
Esta es la mentalidad básica de un niño y también la que debería tener tu empresa. Elimina la losa que supone pensar que una idea o un proyecto es imposible.
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