Concatenación de contratos temporales

Tras unos años en los que la concatenación de contratos temporales implicaba la obligada conversión en contrato indefinido, el Gobierno ha dado marcha atrás en sus ideas y permitirá desde ahora la concatenación indefinida de contratos temporales para un mismo puesto de trabajo, lo que ayudará sin duda a pequeñas empresas y autónomos.

El objetivo principal del Gobierno permitiendo esta evidente pérdida de derechos laborales de los trabajadores es propiciar un incentivo a la contratación, ya que está demostrado que los empresarios prefieren contratos temporales a los indefinidos, por los menores costes laborales en caso de despido.

Y es que por mucho que algunos teóricos se empeñan, la prioridad para todos los empresarios es conseguir unos costes laborales bajos que permita el despido económico en caso de disconformidad con el trabajo realizado por el trabajador o dificultades económicas circunstanciales.

De esta manera se facilita la contratación, especialmente de jóvenes, el colectivo laboral más volátil, ya que los trabajadores no esperarán hasta el final para contratar a nuevos empleados, sino que, al ver los costes laborales más económicos apostarán por la contratación.

Pero la verdadera reforma laboral y que ningún gobierno parece atreverse a realizar es la flexibilización absoluta del mercado laboral, es decir, la eliminación de la indemnización por despido o la reducción a su mínima expresión para que los empresarios se atrevan a contratar indefinidos sin miedo a los costes que luego el despido les pueda suponer en un momento determinado.

Esta reforma, evidentemente, no gusta a los sindicatos que siguen empeñados en defender los intereses de los trabajadores indefinidos, en lugar de intentar facilitar la contratación de las personas que se encuentran desempleadas, que deberían de ser su principal prioridad, aunque parece que no lo quieren entender.

Y esa es una de las razones fundamentales por las que los sindicatos se están separando de la ciudadanía que se está dando cuenta de esta situación, en la que las organizaciones sindicales buscan básicamente el beneficio propio y de sus trabajadores, en lugar de intentar propiciar un mercado laboral adecuado para la contratación.

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