Las pymes, que son empresas con menos de 250 trabajadores, suponen en España, el 99.8% de todas las empresas y las más pequeñas, de menos de 50 trabajadores el 91%. Esto significa que aunque el peso en producción de las grandes empresas es más importante, el tejido industrial y de servicios de este país depende en gran medida de las condiciones y saneamiento de las pymes y por ende requieren de ayuda para no tener que cerrarlas y dejar a mucha gente sin empleo.
Debido a la crisis internacional y española, los bancos centrales están aplicando políticas monetarias que favorecen el restablecimiento de la liquidez, los países de la Unión Europea tras duras discusiones, se han puesto de acuerdo al menos en los objetivos y líneas básicas de actuación para contrarrestar los efectos de la crisis financiera sobre la economía real y cada país de la UE presenta su propio conjunto de medidas. Sin embargo, la queja es unánime, los sectores de la economía real y en especial las pymes no perciben todavía ningún efecto en la disponibilidad de crédito de tantas y tan importantes medidas financieras.
Para contrarrestar la crisis financiera, los líderes de los países reunidos se comprometieron a inyectar capital público en los bancos que lo necesitan, para poder garantizar la solvencia de las entidades financieras. En la UE se optó por seguir el plan propuesto por el Reino Unido, permitiendo que los Estados puedan, junto a otras actuaciones, suscribir acciones preferentes de las entidades financieras.
Además de asegurar la solvencia de las instituciones financieras el objetivo es restablecer la confianza para que el sistema financiero disputa de la liquidez necesaria y de esta manera estimular el crecimiento y la creación de empleo.
Más importante todavía fue la decisión de una actuación conjunta de las autoridades monetarias más importantes (FED, BCE, Banco de Inglaterra) para rebajar en medio punto los tipos de interés, dejándolos en el 1.5% en EE UU y en el 3.75% en la unión monetaria. Sin embargo, ni las Bolsas, ni los mercados financieros pueden responder a este incentivo y fue necesario que los bancos centrales continuen con esta política reduciendo drásticamente los tipos de interés. Actualmente 0.5% en USA, 2% en el Reino Unido y 2.50% en la Zona Euro.
Las políticas monetarias afectan necesariamente a los tipos de los mercados interbancarios, que sirven de referencia para los créditos bancarios a las empresas y a las familias. Se han reducido en más de punto y medio, aunque todavía mantienen diferencias considerables con los de referencia.
En cuanto a la liquidez, el Banco Central Europeo está concediendo a las entidades financieras, préstamos ilimitados a tipo fijo y con plazos de tres y seis meses, con la única condición de disponer de los colaterales adecuados. Adicionalmente y siguiendo los acuerdos tomados en el Consejo de la UE, y con la idea de facilitar la liquidez, el Gobierno español decidió seguir la vía de la compra de activos a las instituciones financieras. En el Real Decreto Ley se establece el Fondo de Adquisición de Activos Financieros (FAAF) con una dotación en 2008 de 10.000 millones de euros ampliable hasta 30.000 millones.
El Tesoro ha realizado dos subastas y aunque la primera, considerada por algunos de tanteo, no tuvo mucho éxito, a la segunda han acudido 31 entidades y ha sido cubierta en 7.2 miles de millones de euros, más del 90% de lo ofertado.
Con todas estas medidas es razonable pensar que las entidades financieras deberían estar en condiciones de aportar más liquidez al interbancario y sobre todo estar en disposición de dar créditos a las empresas y familias que cumplan con los requisitos de solvencia necesarios.
Aunque las instituciones en un primer momento tengan que atender a sus propios compromisos de endeudamiento, tarde o temprano tendrán que volver a su negocio de financiar a empresas y familias.
No todas las entidades se comportan de igual manera, dependiendo de sus propias condiciones de endeudamiento. El problema está en que cuanto más se demoren en restablecer las líneas de crédito a las pymes, más aumentarán los fallidos, aunque se trate de negocios viables. El retraso y la falta de pago de los proveedores dificulta seriamente la buena marcha de los negocios, especialmente en un momento de debilidad de la demanda.