¿Gestionas bien tu tiempo? Clave en la productividad

La gestión del tiempo es una de las claves de la productividad. En eso estamos todos de acuerdo. Sin embargo, la gestión del tiempo pasa por algo tan básico como la planificación. Y la planificación no siempre se lleva bien en las pymes, y menos en los autónomos.

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En muchas ocasiones, en una pequeña y mediana empresa, o un trabajador autónomo, tiene que priorizar prioriza lo inmediato, como algo básico de respuesta en bien de su negocio. Y esto no siempre es lo mejor. Aunque a veces es inevitable responder de manera rápida y eficiente a una demanda, tener una planificación es fundamental. De aquí se cometer algunos errores.

No planificar de manera correcta

No planificar de manera correcta es uno de los errores más comunes. La planificación debe realizarse de manera clara, y a ser posible, no sobre la marcha. Es decir, una buena planificación sería la que se realiza a diario, por la mañana, y que incluye tanto las tareas pendientes como las tareas nuevas del día, e incluso deja espacio a imprevistos y tareas que puedan surgir a lo largo de la jornada.

Una de las claves de esta planificación es ser realista con el volumen de trabajo. Aquí es donde también solemos cometer un error grave en la planificación al incluir un mayor volumen de tareas de las que realmente vamos a poder asumir. Así que, racionalidad en la cantidad de tareas, y organización diaria y realista de nuestra planificación.

Asumir lo que corresponda delegar lo que se pueda

Este es un apartado muy importante que las pymes cobra especial relevancia. Cuando se comienzan a asumir tareas que no corresponden, o acumular tareas que podrían ser delegadas, es el comienzo del sobreesfuerzo profesional, que, generalmente, acabará conduciendo al estrés y peor aún al síndrome del quemado.

Es básico, a la hora de realizar la planificación personal, saber cuáles tareas no puede ser delegadas y cuáles y. Y delegar estas últimas sin ninguna duda.

Acumular tareas

Las listas de planificación que se trata de cumplir hasta el final independientemente de su actualización diaria o no, no son efectivas. Al final, van acumulándose listas y tareas, y en algunos casos, esta acumulación conlleva incluso a abandonar el modelo de planificación y tender a una planificación anárquica.

Es importante renovar a diario la planificación, o, al menos con una periodicidad importante. Y, dentro de esta renovación, es muy importante prestar atención a las tareas acumuladas y no resueltas. Es probable que se acumulación de tareas, que se van añadiendo de un día para otro, sean problemas que no podemos solucionar por nosotros mismos, que no hemos podido delegar, o que, simplemente, no tiene solución y se deben enfocar de otra manera.

Por tanto, se hace básico no acumular tareas más de lo necesario, salvo aquellas que requieran aplazamiento de manera evidente.

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