Cuándo una Startup se transforma en Scaleup

El mundo tecnológico se va entrelazando cada vez más con los negocios, de forma que los términos que utilizamos para definir ciertas cosas evolucionan y cambian con suma rapidez. Entre estos términos algunos pueden generar confusiónes como startup y scaleup.

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Para empezar, definiremos lo que es una startup. Se trata de un negocio que comienza a funcionar en base a una idea y un plan de negocio. Al contrario de lo que sucede en otro tipo de negocios, sus plantillas son más bien reducidas, y disponen de una fuerte implicación empresarial.

Por otro lado, cuando nos referimos a una scaleup, hablamos de un tipo de startup que ya ha adquirido mucho más reconocimiento del que tenía en un principio. Esto se muestra con un crecimiento del 20% o superior tras los primeros tres años de vida del negocio, así como también superando ciertos niveles de facturación, por ejemplo el millón de euros. Además, en una scaleup, los miembros de la plantilla también aumentan. Este es el factor clave para diferenciar ambos conceptos: su tamaño.

De esta manera, aquello que empezó con una idea y un plan de negocio, va adquiriendo cada vez más importancia en el mundo de los negocios, y aspira a obtener un buen nivel de éxito y poder superar a la competencia.

Una scaleup es un negocio que ya ha adquirido cierto peso en el mundo financiero, por lo que tienen poder para comenzar a interactuar con el mercado de una manera mucho más seria que antes. También poseen la madurez profesional necesaria para poder trabajar conjuntamente con otras empresas o instituciones de peso en el mercado.

En este tipo de negocios, encontramos también una especial resistencia a la pérdida de trabajadores. A medida que la empresa aumenta, la necesidad de contratar a nuevos empleados también lo hace, de forma que la plantilla va creciendo. Si todo funciona como debe, rara vez suelen llevarse a cabo los despidos.

Para saber si una startup pasa a convertirse en una scaleup o se encuentra en camino de poder conseguirlo, hay que prestar atención a determinadas señales. Por ejemplo, si la startup ya ha superado las fases iniciales de crecimiento, se encuentra en el buen camino para crecer y convertirse en una scaleup.

Otra señal de que el negocio va en la dirección correcta, es el disponer de una buena reestructuración interna. Si las personas al mando del negocio saben cómo motivar a sus empleados para sacar el mayor rendimiento posible a la empresa, y además, se es capaz de buscar el talento también de manera externa e ir aumentando la plantilla, es uno de los síntomas más evidentes de que la startup está evolucionando favorablemente.

Además, si otras empresas del mercado con un nivel muy superior a la startup se fijan en ella y le ofrecen una oferta de colaboración, podemos asegurar que es de las mejores cosas que le pueden pasar al negocio. Una oferta de esta magnitud, indicará que el negocio va exactamente como debe, que se ha consolidado en el mercado y que las demás empresas se fijan en él.

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