Cómo proteger tu empresa del riesgo divisa

En un mundo tan globalizado como el actual, el deseo de internacionalizar nuestros negocios cuando hemos conseguido una cierta estabilidad interior es no sólo lógico sino saludable. No son pocas las pymes en nuestro país que han podido realmente sortear la crisis gracias a su presencia en el extranjero. Obviamente este proceso con lleva riesgos, algunos tal vez no muy conocidos por quienes no han tenido que moverse anteriormente en relación a cuestiones cambiarias, y es que el riesgo divisa lógicamente está muy presente siempre en los procesos de internacionalización de nuestras pymes.

Teniendo en cuenta que el efecto divisa afecta a cualquier modelo de negocio, es cierto que cuando hablamos de pequeñas y medianas empresas que generalmente operan en márgenes bastante limitados, los posibles efectos de los movimientos de las divisas desde luego han de ser tenidos muy en cuenta. Para entender rápidamente esto, no tenemos que hacer más que una comparativa de lo que supone comercializar en Estados Unidos con un dólar débil o con un dólar fuerte.

Riesgo divisa

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Y es que esta es una de las reglas que debemos aprender rápidamente en relación al riesgo cambiario, no siempre va a generar un resultado negativo ya que dependiendo del movimiento de la divisa en concreto los precios de venta pueden bajar en nuestra contra pero también subir a nuestro favor siempre cuando nuestra moneda origen se mantenga estable respecto a los movimientos de la divisa del país destino.

Pensando en protegerse contra el riesgo divisa

Es obvio expuesto lo anterior es necesario tener en cuenta el riesgo cambiario y su posible efecto tanto en el plano positivo como negativo, aunque con más incidencia en este último punto. Es muy importante en primer lugar determinar hasta dónde estamos dispuestos a asumir los niveles de exposición al riesgo divisa, comprender esto nos va a ayudar siempre a la hora de realizar exportaciones ya que lo haremos en función de los cálculos controlados y buscando siempre el balance a nuestro favor, esto es muy importante ya que realmente es el primer y más básico nivel de protección contra el riesgo divisa; mantener una estrategia fuerte capaz de moverse protegida contra las fluctuaciones de la moneda, o bien, capaz de absorber los impactos que ésta genere.

Sin embargo no todas las empresas son iguales y tampoco todas pueden permitirse una estrategia basada en el control del movimiento de la divisa un punto de origen para la exportación, por ello hay una serie de medidas que podemos tratar de poner en práctica cuando los niveles de riesgo asumidos no son tan determinantes por los factores antes explicados.

Contratos a plazo

Ojo, no es una solución perfecta ya que mal negociados de hecho se puede convertir en una trampa. sin embargo los contratos a plazo bien negociados proporcionan un modelo de estabilidad interesante ya que minimizan los posibles cambios negativos en la fluctuación de las monedas.

Cambio de moneda Generalmente se trata de contratos a futuro en los que dentro de las condiciones pactadas también pactamos un tipo de cambio de antemano. Esto significa que independientemente de las fluctuaciones de las divisas nosotros nos corregiremos por los tipos de cambio que figuran en la base del contrato. En algunas ocasiones podemos encontrar determinados modificador es incorporados a estos modelos de contrato, pero en cualquier caso, de darse una situación de impacto negativo para nuestros intereses, siempre este impacto sería menor que si la cobertura del contrato.

En el plano menos positivo, un contrato a largo plazo con un tipo de cambio establecido previamente, va a limitar la posibilidad del beneficio cuando el cambios de divisa se pone favorable a nuestros intereses, es en todo caso un sacrificio en busca de estabilidad.

El uso de cuentas divisa y estrategias mixtas

Si bien los contratos a plazo pueden representar una opción pasiva, es decir, firmamos el contrato y esperamos su renovación, existen otras opciones más activas del tratado sortear el riesgo divisa, aunque, eso sí, van a depender mucho del modelo comercializador de las pyme. el modelo más activo de defensa se basa precisamente en un ataque, es decir, en procurar asociar los pagos en las importaciones y los cobros en las exportaciones con los mejores momentos de las divisas a tal efecto para nuestro bolsillo.

Se trata de un enfoque tremendamente pro activo, en el que, por ejemplo, se puede utilizar una cuenta divisa como punto de retención de fondos hasta encontrar el tipo de cambio que consideramos adecuado para la operación, moviendo dichos fondos cuando efectivamente consideremos que la divisa alcanzado el punto que nos interesa. Lógicamente se trata de un modelo que sólo se puede realizar cuando tenemos flexibilidad a la hora de realizar pagos y capacidad de absorción a la hora de gestionar cobros, lo que no se da en todas las pymes.

 

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