El amor de oficina es mucho más común de lo que podemos imaginar. Cerca de un 24% de los empleados ha vivido algún romance en el trabajo y un 43% de los profesionales de recursos humanos ha tenido que gestionar alguna situación de este tipo en su empresa según el estudio Workplace Romance de Society for Human Resource Management. Y pese a todo, sólo un 42% de las multinacionales dispone de algún tipo de estrategia respecto a las relaciones amorosas dentro de la empresa un porcentaje al que ni siquiera se acercan las pyme.
Por fortuna o por desgracia la tendencia está cambiando y cada vez son más las compañías que sí cuentan con una política definida respecto a los romances en el trabajo. Lo primero que recomiendan los expertos es no prohibir las relaciones personales entre empleados, pero sí monitorizarlas y establecer protocolos de actuación. Lo que sí tienen claro la mayoría de empleadores es que no todo tipo de relaciones son posibles. Las tres más penalizadas son las siguientes:
- Entre un jefe y su subordinado
- Entre dos empleados que rinden cuentas a un mismo jefe
- Entre dos empleados de diferentes escalas
Los motivos para oponerse o cuanto menos tomar acciones en los dos primeros casos son obvios: no tardarían en surgir rumores sobre tratos de favor que podrían enturbiar el ambiente en la oficina o sobre pactos entre la pareja para cubrirse mutuamente. Además, en caso de que la relación no llegase a buen puerto, las consecuencias podrían ser nefastas para la compañía.
La solución salomónica suele ser un cambio de departamento de uno de los implicados. Si esto no es posible, la mayoría optan por una carta o una charla con los empleados para trazar una serie de normas de conducta. ¿Qué se puede pedir a dos empleados enamorados y que mantienen una relación sentimental? Profesionalidad y discreción.
Por un lado hay que dejar claro que se espera un cierto grado de profesionalidad, de forma que el hecho de estar viviendo un romance en la oficina no altere las relaciones ni el ambiente laboral. En esta misma línea se puede pedir discreción en lo referente a las muestras de amor. Limitar las muestras afectivas en público o acciones sobreprotectoras hacia la pareja son algunos ejemplos.
Los amores en el trabajo tienen sus ventajas
La mayoría de empresas temen los romances de oficina. Sin embargo, estos también tienen sus ventajas, ya que según apuntan desde la Universidad de Massachusetts, la productividad de los empleados involucrados puede aumentar un 20% en las primeras semanas. Además, es muy posible que más que enraarecer el ambiente en la oficina, creen un nuevo tema de conversación y refuercen la moral de los compañeros.
Y si pensamos a largo plazo, hay que sentirse orgulloso de haber contribuido, aunque sólo sea poniendo el marco espacial, a que surja un nuevo amor que en un 14% de ocasiones termina en matrimonio, tres puntos por encima que el porcentaje de éxito en las presentaciones de amigos.
Bien llevado un romance de oficina feliz puede aumentar la satisfacción laboral e incrementar alrededor de un 20% la productividad, al menos en las primeras semanas de romance, refiere un estudio del departamento de piscología de la Universidad de Massachusetts, apuntó Cnn Expansión.
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