Cómo Frozen puede ayudarte en tu visión de negocio

Para quienes no tengan hijos, niñas para más señas, el término Frozen seguramente no los diga nada de nada, pero para quienes somos padres sí que tiene un significado muy concreto. En mi caso, va camino de convertirse en la película que más veces he visto en mi vida, si no lo es ya.

Y todo esto sin contar las veces que he escruchado la canción en inglés o castellano y en diferentes versiones, porque la pérfida Violeta, otro invento de la factoría Disney, también tiene la suya… A veces pienso que debe ser una suerte de castigo divino o una moderna tortura. Sin embargo, cuando ya has superado las 15 primeras veces y te concentras, puedes hasta sacarle partido. ¿De verdad? Sí, hasta en Frozen se pueden encontrar enseñanzas para tu negocio, y no hablo de cómo tener superpoderes que te permiten controlar el tiempo se puede usar para crear un monopolio.

Lo que Frozen puede enseñarte sobre el mundo de los negocios

¿Que puede eneñarte Frozen? Estas tres cosas:

Let it go , suéltalo con tus empleados clave. Básicamente, que no siempre es necesario un estricto control y que si quieres que un trabajador saque lo mejor de si mismo debe aprender a tomar responsabilidades y a seguir su camino y sí, incluso a equivocarse.

No dejes congelados  a tus proveedores. En la película, Elsa deja helado todo Rivendel. Algo que no hay que hacer con los proveedores. Esto se aplica en primer lugar a los pagos y en segundo al trato. A fin de cuentas, tus proveedores no dejan de ser una extensión de su negocio. Sólo tiene que saber que hay clientes que pensamos que nos darán un salto de calidad, que nos abrirán las puertas a nuevos negocios, pero no siempre va a ser a ser. Esto también se puede aplicar a los empleados.

Suelta las ideas, Let it go. Sé creativo y no encarceles las ideas de tus empleados dentro de su mente. Propón y deja que los trabajadores tengan libertad para ofrecer soluciones y nuevas ideas para su negocio. Como decía en el primer punto, deja que incluso se equivoquen. Y en cualquier caso, recuerda que siempre eres tú quien tiene la última palabra.

Y por supuesto, no olvides todas las lecciones que puedes aprender, no tanto de la propia película, sino de Disney. Frozen es un grandísimo ejemplo de cómo explotar hasta la saciedad el merchandising de un producto. Sólo dos apuntes para que termines de entenderlo si no eres papá: Frozen sigue siendo el producto estrella de Disney estas navidades hasta el punto que en la tienda Disney limitan a dos el número de artículos Frozen que se pueden comprar por persona y día, y en octubre se acaba de estrenar una nueva versión tipo karaoke de la película que, a buen seguro, estará arrasando.

Puede que nunca llegues a ser un maestro del marketing como Disney, pero seguro que puedes mejorar en ese área. En este post puedes encontrar algunos trucos ‘low-cost’ que te ayudarán

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