Cómo elegir TPV para un negocio

No siempre, a la hora de poner en marcha un negocio con nuestras pymes, la libramos bien la importancia de los pequeños detalles. Esto tiene sentido ya que, generalmente, nos vamos a centrar en los grandes aspectos del negocio, pero, en ocasiones, una mala elección de un detalle pequeño puede modificar mucho el desarrollo de negocio. Por ello, en este artículo nos vamos a centrar en la importancia de elegir correctamente el tipo de TPV.

comercio TPV

Un TPV, como su acrónimo indica, es un terminal de punto de venta. Se trata de un dispositivo que se orienta al cobro de ventas o servicios, pero que puede ofrecer otras herramientas que van desde la impresión de los tickets hasta opciones avanzadas de gestión de inventario.

Ventajas del TPV

La primera ventaja, inicial y de hecho fundamental, es que facilita el pago con tarjeta de las ventas realizadas. Por tanto, ofrece al comprador método de pago rápido y sencillo, y al vendedor la posibilidad de ofrecer más métodos de pago que el dinero en metálico.

La incorporación de estos dispositivos ha ido pareja en el tiempo al desarrollo del pago con tarjeta, que hoy en día es superior ya al pago en metálico.

El funcionamiento de un TPV no es complejo. Cada vez que se realiza una transacción y se solicita un pago, el dispositivo se conecta (a través de línea telefónica o Internet) con la entidad origen de la tarjeta. Este proceso, de unos segundos, valida la tarjeta los fondos asociados. Cuando se ha realizado la validación, la operación se realiza y el cargo se hace sobre la cuenta asociada (si es una tarjeta de débito) o sobre el crédito disponible (si es una tarjeta de crédito)

Tipos de TPV y cómo elegir el adecuado

existen diferentes tipos de TPV y la selección debe realizarse siempre en función de las tareas que se le van a encomendar. Y, fundamentalmente, si el dispositivo se va a mantener fijo en un punto determinado o si se va a necesitar que el dispositivo opere en diferentes espacios del negocio, o incluso fuera del mismo.

Los tres grandes grupos sobre los que elegir son los siguientes:

  1. TPV tradicional: es un dispositivo TPV, generalmente fijo y conectado a la línea telefónica. Son las más habituales, aunque en los últimos años se están viendo desplazados en cierta medida por los inalámbricos. Permiten el cobro con tarjeta tanto con inserción como sin contacto.
  2. TPV móvil: se trata de un dispositivo inalámbrico. Se puede conectar a través de Internet para realizar las operaciones. En algunos casos son híbridos que combinan la opción de conectarse con línea telefónica e Internet. En los últimos años han proliferado los dispositivos que permiten operar conectados a redes móviles, con lo cual se pueden realizar cobros prácticamente en cualquier lugar siempre que exista cobertura móvil.
  3. TPV virtual: se trata de las pasarelas de pago que los comercios pueden tener en Internet para los pagos con tarjeta. En este caso no existe un dispositivo físico. El TPV virtual queda integrado dentro de las plataformas, y adoptar medidas de seguridad suficientes para garantizar la privacidad y la seguridad de los datos del usuario a la hora de realizar operaciones.

 

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