Una vez más, el protocolo familiar vuelve a situarse a la cabeza de las carencias en la empresa familiar. No se trata sólo de que muchas de ellas ni siquiera cuenten con esta herramienta destinada a asegurar la supervivencia de la compañía y evitar conflictos en sus órganos directivos y por lo tanto en el seno familiar. Lo peor es que otras tantas, pese a disponer de un ‘manual’ implícito no son capaces de plasmar estas ideas por escrito.
No se trata de que los padres o fundadores vayan a permanecer en la empresa eternamente, sino de que la sucesión no suele encontrarse entre sus prioridades. La escasez de recursos en unos casos y la falta de tiempo en otros hacen que los empresarios familiares deban centrarse más en el día a día del negocio que en preparar su jubilación. Estos son sólo algunas de las conclusiones del informe “La Empresa Familiar en España 2007” elaborado por PricewaterhouseCoopers. En este sentido, destaca que el 40% de los encuestados prevén cambios en la propiedad de su empresa a medio plazo, en tanto que un 55% está buscando fórmulas como la separación de activos para evitar conflictos entre los sucesores.
Como suele pasar, la falta de planificación es el ‘talón de Aquiles’ de las empresas familiares, como demuestra que ocho de cada diez no posean mecanismos de resolución de conflictos entre miembros de la familia relacionados con la empresa. Y es que apenas el 24% utiliza al consejo familiar como herramienta para la gestión de problemas, como puede ser la entrada de nuevos miembros de la familia en la empresa, algo que sólo el 51% tiene previsto de forma previa mediante acuerdos.
Pero este no es el único apartado al que no pueden acceder por falta de tiempo, ya que al 69% les gustaría poder dedicar más recursos a la elaboración y desarrollo de su estrategia de negocio, así como mejorar sus limitaciones como directivos (32%) o aprender a identificar los negocios por adquirir (29%) y la integración de filiales (16%).
Al final, como cualquier otra pyme, lo que le importa a las empresas familiares es la buena marcha del negocio. Así, sus prioridades abarcan aspectos como el control de costes y la mejora de cash flor, que el 78% identifica como sus mayores preocupaciones. En el fondo, esto no hace sino poner de manifiesto la importancia de contar con liquidez para poder moverse en el mercado de forma más rápida.