El camino de la pyme no siempre es sencillo y los problemas inherentes a su tamaño son uno de sus mayores condicionantes y, en muchos casos, una traba para el que los expertos consideran su camino de supervivencia más coherente: la especialización. En este sentido, una pequeña y mediana empresa puede contar con una gran idea pero no con los medios para desarrollarlo y llegarlo a buen puerto. Aquí es donde es necesario buscar recursos fuera de la empresa. Créditos, ampliaciones de capital, ayudas y subvenciones son las fórmulas más comunes, pero existen otras que nada tienen que ver con el ámbito económico. Una de ellas es la de buscar un socio de negocio con mayores recursos, es decir, una gran empresa.
El cobijo de una multinacional tiene sus ventajas, empezando porque es posible acceder a una serie de recursos que de otra forma siempre estarían fuera de su alcance. Todo esto sin apenas sacrificar su capacidad de maniobra, ya que ni ha acumulado más deuda ni ha tenido que dar entrada a nuevos ocios en su capital social. Además, la pyme puede beneficiarse de los conocimientos del sector de este ‘hermano mayor’, de su experiencia y, sobre todo, en muchos casos, de su buen nombre. Por una parte siempre sirve para mejorar el buen nombre de la pyme y, por otra, amplía su base de clientes con los de la gran corporación.
Microsoft y su programa de partners es un buen ejemplo de cómo funcionan estas alianzas y sus ventajas. A través de su programa de partners permite a la pyme disfrutar de una serie de recursos y herramientas que le permitirán ampliar su alcance en el mercado, impulsar sus ventas, reducir costes y optar a cursos de formación exclusivos para socios, además de tener acceso a un soporte técnico de pre y post- venta de otra forma impensable. Al final, un buen símil sería decir que es como ir de copiloto en un Ferrari: siempre luce.
Evidentemente, y como siempre que se toman decisiones referentes a la estrategia de la pyme, hay que tomar una serie de precauciones y existen algunas directrices que es mejor seguir. En primer lugar, suele ser recomendable plantearse qué tipo de socio le vendrá bien a la empresa. Una buena opción en este sentido es buscar la complementariedad, para lograr así un ahorro de costes en un área de desarrollo determinada. Es otra forma de optimizar los recursos con los que cuenta la empresa, aunque no sean propios. Todo esto ayudará a la pyme a mejorar su operativa y, en definitiva, a especializarse.
Por otra parte, siempre es necesario llegar a un acuerdo que no hipoteque el futuro de la compañía y le deje libertad de movimientos para buscar otras alianzas o seguir creciendo en su mercado de referencia.