El reciente anuncio de Facebook sobre los 30 millones de páginas activas de Pymes a nivel internacional encierra dos realidades bien diferentes. Por un lado la confirmación de que las pymes perciben las redes sociales como instrumentos útiles, pero, por otro lado y en relación al uso, un desconocimiento amplio sobre el potencial real de estas herramientas.
El lanzamiento de Facebook para empresas adoptando un formato informativo sobre campañas de marketing en la red social supuso probablemente el espaldarazo para el crecimiento de la presencia pyme. Sin embargo, y como cada vez en mayor medida se constata, abre una brecha grande entre quienes realmente aprovechan el potencial de las redes sociales y quienes participan porque hay que estar.
No hay mucho de nuevo y sin embargo…
Facebook mostró ya desde hace más de dos años una vocación seria de acercarse a las pymes. Desde los primeros momento de la lucha por la monetización de la red social, era evidente que la pequeñas y medianas empresas eran un objetivo clave, no tal vez de manera directa pero si por el potencial indirecto a disposición de la red que suponen.
Lo que la pyme puede encontrar en Facebook (como recursos) no es realmente nuevo; estrategias publicitarias por segmentos y producto, consejos empresariales, casos de éxito…y sin embargo genera una sensación incontestable de obligación en la presencia a la que no si quiera todos los analistas especializados se ponen de acuerdo en cómo justificar.
El valor añadido
El valor añadido de la presencia en las diferentes redes es evidente. El aprovechamiento de las redes más allá de la presencia es otro cantar. La dificultad de la medición del retorno de los esfuerzos para las pymes en estos ámbitos es aún grande y, por otro lado, el desconocimiento de que hacer más allá de lo habitual también resulta muy amplio.
Facebook ha alcanzado los 30 millones de pymes y con muchas probabilidades superará a corto plazo esa cifra, sin embargo, ¿cuántas de esas cuentas serán realmente útiles a medio plazo?