Uno de los errores más habituales de los emprendedores y las pyme es tratar de cubrir todos los ámbitos que componen la gestión empresarial: marketing, producción, ventas, contabilidad, fiscalidad, recursos humanos… La razón o excusa para hacerlo no suele ser otra que la falta de recursos. Y es que a fin de cuentas lo que sobra en toda startup y también en muchas pymes es el tiempo y lo que falta es el capital.
Sin embargo, el refranero español ya nos advierte en cierta medida contra este tipo de prácticas. ¿Quién no conoce el famoso dicho de “Quien mucho abarca, poco aprieta”? Esta es precisamente la dicotomía a la que hoy en día se enfrentan muchas pequeñas y medianas empresas que se plantean se merece la pena contratar los servicios de una asesoría online para pymes como Consultalys , ya que es en esta área donde más ayuda suelen necesitar.
Al final, resulta más sencillo entender o formarse en áreas de marketing que hacerlo en contabilidad o fiscalidad. Esto no quiere decir que, como empresario, no sea necesario tener conocimientos en estas áreas, sólo que están tienden a estar más alejadas del negocio y de las fortalezas del emprendedor.
Dos puntos de vista
¿Qué hacer entonces? En este punto existen dos visiones confrontadas. La primera es la del empresario orquesta que tiene la capacidad de desempeñar varios papeles en la compañía más allá de los clásicos de vendedor, estratega y departamento de recursos humanos. Así, hay muchos que prefieren encargarse ellos mismos de la contabilidad y, en menor medida de la fiscalidad, al considerar que así tendrán un control más estricto del dinero de la empresa.
En el lado contrario están quienes entienden que, si bien la contabilidad y fiscalidad son temas importantes, se trata de áreas que les distraen de sus fortalezas . Dicho de otra forma, que son más productivos dedicándose a otras tareas alejadas de los libros contables y al poner en la balanza el tiempo o esfuerzo mental que les lleva ocuparse de estas cuestiones frente al coste las mismas llegan a la conclusión de que contratar un asesor les sale a cuenta.
En el fondo la matemática es relativamente sencilla e incluso puede aplicarse cuando los recursos son escasos. Sólo tienes que pensar ¿Cuánto podrías hacer crecer tu negocio si te olvidases del papeleo?
¿Es el asesor responsable de su trabajo frente al cliente? ¿Qué póliza de RC le cubre? Salvó los grandes despachos, y me refiero a los realmente grandes -multinacionales-, si el asesor mete la de andar la paga el cliente sin recurso por falta de pruebas frente al asesor (bien se cubren de no firmar ni dejar rastro de nada) por parte de cliente poco precavido.
En cualquier otra profesión existe la responsabilidad civil y penal de prestador del servicio. En el caso de errores se cubren los daños y perjuicios, si existe negligencia o dolo estamos además ante un caso penal.
Las obligaciones contables y tributarias de una empresa, especialmente con respecto a los administradores, son más serias de lo que la mayoría piensa… Si tu asesor es tan bueno como dice que forme parte del consejo de administración de tu empresa… Si te dice que no, que será lo normal, ya sabes tu respondes con todo tu patrimonio si el no te asesora bien y no sólo no responde con nada, ni siquiera con las cuotas.
Comprarías una herramienta profesional para tu trabajo que viene sin garantía y que sí por defecto de fabricación (diseño) hiere a un empleado tuyo no pudieras tu seguro o tu reclamarle al Fabricante los daños causados. ¿A qué no?
Si no te queda más remedio habla con una aseguradora de prestigio y contrata un D&O (Responsabilidad de Administradores) para que te defiendan e intenten hacer que pague el culpable -en este caso el Asesor-si no vas vendido.
Desgraciadamente España es así.