El tejido empresarial compuesto por las pequeñas y medianas empresas (pymes), siempre corre detrás de la necesidad de liquidez, rogando que le sea aceptada la solicitud de crédito en tiempo, forma y cuantía.
Pero se sabe que las exigencias de parte de las entidades financieras como los bancos son altas y no basta en muchos casos la línea ICO.
Ya que no todas poseen la misma posibilidad de salir a Bolsa en el MAB.
Una propuesta es la de adaptar el actual modelo del capital riesgo ante la necesidad de financiación de las pymes en especial dada la anterior situación expuesta.
Desde hace tiempo que se les engaña a las pymes y autónomos con la facilidad que tienen para el acceso al crédito, muy diferente es al momento de recurrir a las entidades y que se les niegue o otorgue en parte.
Actualmente más allá del cierre del grifo del crédito, no resulta un momento propicio ante la actual hola de fusiones y reestructuración de bancos y cajas, lo que retrasa las nuevas ofertas y como se sabe la rueda sigue girando y las pymes y autónomos no pueden seguir esperando.
Por lo que se presenta como ideal para darse la conjunción entre el sector público y el privado en el que la participación podría ser equilibrada o mayor en una u en otra, para impulsar la financiación de las pymes, demasiado importantes para la generación de empleo ante la alta tasa de paro y que no pueden ser dejadas de lado.
De revisar nuevas aplicaciones, una de ellas es la de basarse en el capital riesgo, que permitiría como espejo la creación de un sistema inversor-financiador que permita adaptar el capital riesgo hacia la financiación a partir de inversiones de capital o créditos participativos como mejor salida.
De llevarse a cabo, al adaptarse a la legislación del capital riesgo se podría tener una exención fiscal en el Impuesto de Sociedades tema de reciente tratamiento.
También al no existir una limitación respecto a la financiación ajena, posibilitaría la emisión de obligaciones o si se requiere en forma de bonos e incuso el endeudarse en el mercado.
También debería de participar el ICO, garantizando las inversiones; además de otras especificaciones a cumplir en dicho rol. Las grandes empresas españolas también cumplirían un papel a la par del sector público pero con las características del sector privado pero siempre como fin ayudar a las pymes en su lucha por tener liquidez. Incluso otros sectores se verían atraídos según lo resultados.
Por lo que la entidad que se encargara de otorgar créditos facilitándoles la financiación a las pymes en el largo plazo bajo la forma de inversiones de capital o pudiendo ser en forma de deuda subordinada.
Siendo aceptado por diversos sectores que el tejido empresarial que conforman las pymes es una de las patas de apoyo para la recuperación de la economía y gran generadora de empleo. Desde el mismo se pretende que a ese reconocimiento se lo plasme en dar facilidades de financiación o por lo menos reducirles los obstáculo en el camino de acceder al crédito.
Ya que el motivo de falta de liquidez no sólo se basa en la queja hacia las entidades financieras, sino también a los Ayuntamientos y el sector público debido al retraso en los pagos y el incumplimiento del mismo hace que sus cajas se vayan secando cual río ante una sequía, el capital riesgo para financiar a las pymes se presenta como una buena posibilidad.
Imagen: press.tucasa
Fuente: Expansión