Las empresas no podrán recuperarse económicamente si siguen con soluciones a corto plazo

Las empresas europeas muestran una dependencia alarmante en su lucha por gestionar activamente las cuestiones relativas al envejecimiento de la fuerza laboral. El descenso de la preocupación por este envejecimiento junto con el inicio de la recesión económica, ha puesto de manifiesto que las empresas utilizan soluciones a corto plazo para problemas de largo recorrido.

Y esto es perjudicial para que las empresas salgan a flote en esta recesión en la que nos encontramos. En vez de recortar gastos reduciendo los programas de formación de las plantillas, estos programas deberían conservarse o incluso intensificarse. Solo de esta manera, las empresas estarán preparadas para la próxima regeneración económica.

Los países más afectados por adoptar estar medidas han sido, como no, los del sur de Europa. Por ello, España está incluída porque ha puesto en marcha una cantidad de medidas no rentables. Y es que lo inevitable pasa porque durante los próximos 50 años, todos los países industrializados vivirán un drástico aumento del porcentaje de jubilados y al mismo tiempo, se experimentará un agudo descenso del porcentaje de personas en primera edad laboral.

Un estudio establece que en 2020 las personas de más de 40 años serán mayoría en Europa. Este último dato revela que en tan solo diez años las empresas deben prepararse para resolver sus necesidades con una fuerza laboral envejecida.

Este estudio también revela que los jefes de Recursos Humanos Europeos ven el progreso tecnológico como el cambio futuro más importante con una media del 48%, por encima de las cuestiones del cambio demográfico y la globalización, valoradas ambas en un 40%.

Está claro que un nuevo panorama económico se esta tejiendo y que las organizaciones en las empresas están cambiando. Hay que transformarse antes de morir enclavado en un sistema que, visto lo visto, no funciona.

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