La inversión española en el exterior creció a una tasa media anual acumulada del 24% en los últimos diez años

En los últimos veinte años hemos asistido a la aparición de un nutrido grupo de empresas españolas que con enorme esfuerzo han llegado a ocupar posiciones de liderazgo a nivel mundial y que representan la vanguardia de la internacionalización de nuestra economía.

En épocas de crisis, como la que estamos atravesando, una de las medidas para subsistir y mantener o crecer nuestra productos es la de exportar al exterior. Por ello, ahora más que nunca es vital dejarnos asesorar por verdaderos especialistas en el tema que nos aconsejarán dónde invertir.

Según el Informe del Observatorio de la Empresa Multinacional Española (OEME), elaborado por el ICEX y ESADE con la colaboración de la Fundación Cultural Banesto y la Fundación PricewaterhouseCoopers, desde el año 1997, las salidas de inversión directa extranjera en España superan a las entradas; es decir, nuestro país lleva ya más de una década siendo inversor neto en el exterior, ocupando en la actualidad la quinta posición en el ranking de países inversores a nivel mundial.

Hemos de tener en cuenta que la inversión española en el exterior ha crecido a una tasa media anual acumulativa del 24% durante los últimos 10 años, siedo el valor estimado de la inversión española acumulada en el exterior supera los 600.000 millones de dólares.

El informe pone de manifiesto que las previsiones apuntan a que, en los próximos años, el número de empresas españolas que opten por la internacionalización se incremente. Este hecho pone de manifiesto la oportunidad de los diferentes órganos vinculados con la promoción de la internacionalización se plateen el diseñar políticas específicas para apoyar los procesos de multinacionalización, sobre todo en las pymes industriales y el sector servicios. Y es que apostar por mercados internacionales es siempre una apuesta de futuro.

La inversión española ha pasado de representar el 0,9% del PIB en 1993, al 4,2% en el 2007. En poco más de diez años, España se ha constituido como potencia inversora internacional, pasando a ocupar la séptima posición a nivel mundial en términos del stock acumulado del IED, por detrás de EE.UU., Reino Unido, Francia, Alemania, China (incluyendo Hong Kong y Macao) y Países Bajos.

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