Si hay algo que tenemos claro respecto a lo que requiere ser emprendedor, es que es una tarea complicada, que requiere tiempo, esfuerzo y dedicación. Aunque nunca se haya emprendido un negocio ni se haya pensado en hacerlo, no hacen más que repetirnos que el ingrediente esencial para el éxito es el esfuerzo y el trabajo duro. Así visto, puede parecer complicado compaginar esta actividad con la de criar a una familiar.
Ya sabemos que no es fácil emprender pero si hay algo que puede quitar a esta actividad el primer puesto de cosas que requieren tiempo y esfuerzo, esa es la de criar hijos. Tener hijos significa tener que sacrificar muchas cosas, tener que preocuparse de otras tantas e invertir una gran cantidad de energía en su educación y entretenimiento.
También se dice que para poder disfrutar de un buen matrimonio y llevar una convivencia feliz, lo mínimo que debe hacerse es dedicarse tiempo, energía y atención.
Ya hay personas que consideran que cualquier matrimonio se enfrenta a un reto cada vez que tiene un hijo, ya que dejan de ser la prioridad para la otra persona y ha de repartirse el tiempo entre las dos personas.
Por todo esto, no es nada raro que a menudo se piense que estas tres actividades, o al menos dos de ellas (tener hijos, estar casado y emprender un negocio), son incompatibles. Sin embargo, ¿es esto cierto? ¿hasta qué punto?
La estadounidense Kauffman Foundation ha realizado un estudio titulado la anatomía de un emprendedor y ha sacado a relucir los datos que nos interesan en este artículo. Veamos a continuación si se puede tener hijos y emprender y si el espíritu empresarial es también compatible con estar casado.