El total de operaciones de compra con tarjetas de crédito ha aumentado de manera muy significativa en los últimos años. El ascenso del comercio electrónico es uno de los motivos que explica por qué se está produciendo esta situación.
Asimismo, los usuarios han perdido el miedo a usar esta forma de dinero, pues resulta mucho más cómodo llevar una tarjeta que usar dinero en monedas y billetes, pues esta práctica supone más riesgo. Si perdemos la tarjeta, rápidamente podemos desactivarla para que nadie haga uso indebido de ella. En cambio, si perdemos dinero metálico, rara vez será la ocasión en que accedamos nuevamente a él.
No obstante, el uso de tarjetas de crédito sigue teniendo algunos aspectos que generan dudas entre los consumidores, como las comisiones, las anulaciones de compra, las cancelaciones. Por suerte, en internet existen comparadores de tarjetas como https://www.blogtarjetas.es donde los usuarios pueden comparar entre las mejores tarjetas, conocer sus condiciones y formas de pago y mucho más sobre productos financieros.
Cuidado con las comisiones y los cobros indebidos
Esta es una de las prácticas más comunes cuando se tratan asuntos relacionados con el dinero plástico. En el año 2020 los bancos españoles han finalizado su política de comisiones cero. Esto significa que para muchos productos van a comenzar a cobrar comisiones por la emisión y el mantenimiento de tarjetas de débito a clientes que no cumplan ciertos requisitos. Además, a esto hay que unir las comisiones relacionadas con el uso de cajeros de otras entidades y los habituales cobros por apertura de cuentas.
El Banco de España no determina cuál es el límite máximo de las comisiones que pueden cobrar las entidades financieras, de modo que estas tienen libertad para establecer gastos repercutibles a los productos financieros que deseen, tanto tarjetas de débito como de crédito. Solo existen excepciones en aquellos casos en los que se establecen límites mediante disposición legal. Un ejemplo son la cancelación o amortización de un préstamo hipotecario de o un crédito al consumo.
El cobro de comisiones se rige por una libertad de pactos en los que el cliente siempre parte con una posición de desventaja. Así, estos cobros han de ser el resultado de servicios solicitados en firme o aceptados expresamente y el coste debe estar asociado a un servicio efectivamente prestado o que haya habido un gasto por parte del banco que lo justifique.
En resumen, las comisiones por emisión, renovación y mantenimiento solo pueden existir si está determinado por contrato. Si se producen cobros indebidos, el cliente está en pleno derecho de reclamar esos cobros indebidos.
Los consumidores deben estar muy atentos a situaciones que ocurren con frecuencia, como la deuda añadida que implica que no haya suficiente saldo para cubrir la mensualidad de la tarjeta. En ese caso, el pago es de aproximadamente 30 euros que solo deben ser cobrados si se han producido gestiones efectivas de recobro, es decir, si se ha cubierto la deuda a pagar. Por lo general, esta regla aprobada por el Banco de España se incumple de manera frecuente y, para más inri, las entidades intentan cobrarla varias veces por ir acumulándose varias liquidaciones.
Cumplir los requisitos y negociar nuevas condiciones
Las entidades financieras exigen una serie de requisitos que son los que permiten reducir el total de comisiones a pagar. Los más comunes son vincular los ingresos, domiciliar los recibos, realizar movimientos con la tarjeta o bien operar con ella a través de internet. Estos supuestos pueden cambiar si el producto a utilizar es una tarjeta de débito o de crédito, pero en cualquier caso es interesante conocer estas cláusulas para evitar sorpresas desagradables.
Además, si el consumidor tiene un buen perfil, es decir, es un buen pagador, cumple con la entidad y tiene otros servicios domiciliados, una propuesta interesante es negociar nuevas condiciones. En este caso los puntos fuertes pueden ser la capacidad de pago en créditos, los años de fidelidad con el banco o el patrimonio. En estas situaciones es posible que la entidad acepte negociar algunos costes y excluirlos. No obstante, la negociación no siempre es sinónimo de éxito.
La devolución de cargos, otro traspiés en el uso del dinero de plástico
Los clientes de entidades financieras pueden solicitar a su banco la devolución de un recibo cuando no se considera justo o ha sido emitido erróneamente. Esto también se puede llevar a cabo con los pagos realizados con tarjetas de crédito.
Los cargos indebidos, y no hacemos referencia ahora a las comisiones, son motivo de solicitud de anulación y devolución de los importes. Esto ocurre cuando se accede de manera gratuita y temporal al uso de una tarjeta. La letra pequeña indica en muchos casos que si no se solicita de manera clara no recibir el cobro del servicio, a partir del fin de la gratuidad, el cobro del servicio será cargado en la tarjeta.
Se trata de un cobro pequeño y que puede no resultar un gran desembolso, pero es un ejemplo más de cómo hay que estar al tanto de todos los detalles cuando se contratan servicios financieros, especialmente las tarjetas de crédito y débito.