Con la financiación bancaria cada vez más cara y limitada, sugiere el recurso al mercado de las compañías de menor tamaño. Las Pymes la están pasando mal y el horizonte parece peor. Las pequeñas y medianas empresas españolas financian sus planes y una parte de costes de funcionamiento cotidiano -desde el pago a proveedores a la renovación de equipos- mediante el recurso al descuento comercial y a las líneas de crédito.
Puesto que la financiación bancaria va a endurecerse todavía más, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sugiere facilitar el acceso de las pymes a los mercados. En la actualidad no les compensa, porque nada menos que el 10% del dinero captado han de destinarlo a cubrir los requisitos exigidos.
El supervisor considera más eficiente que reciban ayudas públicas que les abarataren estos costos. Estas y otras propuestas las formulará por los cauces oficiales antes de que termine el año, según comprometió el presidente, Julio Segura, en el marco de su reciente comparecencia en el Congreso.
Revela la CNMV en su informe anual que las pymes españolas fueron las primeras en sufrir las restricciones de los préstamos -se cerraron para ellas un año antes que para las grandes- y van a ser a ser las más perjudicadas por los cambios que se vienen sobre el sector bancario.
La reestructuración de las cajas, las duras perspectivas de negocio que encuentran las entidades financieras en una economía que crece a ritmo muy débil y el nuevo marco regulatorio que deriva del acuerdo bautizado como Basilea III -que va a exigir más capital a quienes practican la típica banca comercial de tomar y prestar dinero-, dificultarán extraordinariamente a las pymes la recuperación de los canales de los que se han venido sirviendo tradicionalmente para obtener recursos.
Frente a este diagnóstico, el supervisor de los mercados lleva ya algún tiempo buscando soluciones alternativas y ha recabado la opinión de los expertos. Dentro de su ámbito sugiere potenciar el recurso de las pymes a la financiación de los mercados, denuncia los obstáculos que han venido trabando esta posibilidad, y analiza las fórmulas que han tenido éxito en otros países de la Unión Europea, junto a las aplicadas en España por algunas comunidades autónomas.
La crisis ha afectado a todos, pero a las pymes más. Los autores del informe detectan que las empresas de pequeño tamaño, fuertemente dependientes de la financiación bancaria, han soportado un mayor encarecimiento del crédito y están viendo quebrados sus vínculos de relación con sus acreedores tradicionales.
Pese al gran peso que en la estructura productiva española representan las pymes -más de 2,6 millones, el 99,9% del total, frente las 3,000 de mayor dimensión, que son apenas el 0,1%- su financiación a través del mercado resulta insignificante.
Tras analizar dos de las fórmulas más extendidas, las ayudas a las empresas para sufragar los gastos, o la desgravación a los inversores, la CNMV se decanta por la primera, por considerarla menos distorsionadora en el uso de los recursos públicos. Al supervisor le inquieta que los subsidios a los inversores puedan anteponer criterios de territorialidad frente a la eficiencia económica.