Las noticias de la prensa especializada apuntan a que los créditos en España tienden a ser cada vez más baratos a lo largo del año 2021, aunque las comisiones bancarias sean más elevadas y estos créditos sean más difíciles de obtener. De estos créditos, los hipotecarios serán aún más asequibles para cualquier bolsillo, sobre todo si se trata de una hipoteca a tipo fijo. Pero hay que saber antes de nada cuál es la oferta existente en cada momento y cuáles son las que dan más garantía a los solicitantes. ¿Crédito o préstamo?
Las formas más seguras de obtener un crédito pasan por saber antes de nada qué es un crédito y en qué se diferencia de un préstamo. Lo primero que distingue a préstamo de un crédito es el plazo de devolución; el tiempo y la forma en la que se obtiene acceso al dinero por parte de quien lo solicita.
Préstamo y crédito tienen características comunes. Pero cuando el acreedor es un prestamista (concede un préstamo, no un crédito) lo hace durante un plazo de tiempo completamente definido, y por regla general este plazo es más breve que el de un crédito.
El préstamo obliga al prestatario (es decir, a quien lo solicita y obtiene) a devolver la cuantía prestada en su totalidad, de una sola vez, con unos intereses y bajo unas condiciones previamente establecidas entre prestamista y prestatario.
Deudor “potencial”
El crédito, en cambio, no se establece con base en el plazo o el tiempo de devolución, como en el préstamo, y no necesariamente todo el dinero de una vez.
Quien pide un crédito, generalmente lo hace en un banco una entidad financiera que, si concede dicho crédito (no préstamo) pone el importe del mismo en una cuenta bancaria. En ese mismo instante, la persona que ha pedido el crédito se convierte en una deudora potencial.
¿Por qué “deudor potencial”? Porque, si quien lo ha pedido decide no hacer uso del dinero disponible, o no hacerlo en su totalidad, no deberá pagar interés alguno (en el caso de no utilizar el 100% del dinero disponible del crédito), o sólo deberá devolver, en unos plazos de amortización previamente pactados, la cuantía económica de la que haya hecho uso.
Principales diferencias entre préstamo y crédito
Los intereses de un crédito suelen ser mayores a los de los préstamos, aunque esto depende de quien presta el dinero y la negociación realizada entre las partes. Las cuantías de los créditos no suelen ser grandes. Por lo que para determinadas operaciones de mayor volumen económico no es posible pedir un crédito, sino un préstamo.
Los intereses de un crédito suelen ser más elevados, pero los requisitos para obtenerlos son más sencillos. El crédito ofrece dinero del que disponer hasta cierto límite; el préstamo da el dinero todo de una vez.
En los créditos, cabe la posibilidad de cambiar el método de pago. Los préstamos suelen ser menos flexibles.
¿Qué opción es más conveniente?
Cuando hacemos uso de un crédito y vamos devolviendo dicho crédito, el dinero vuelve a estar disponible (caso típico de las tarjetas de crédito).
¿Cuál de las dos opciones es la mejor, el crédito o el préstamo? En realidad, no existe mejor o peor financiación. Todo depende de las necesidades de cada uno y de las condiciones ofrecidas.
Aunque no es frecuente, puede que las condiciones de un crédito sean más favorables por sus tipos de interés que las de un préstamo. Por eso hay que estar bien informados y atentos, y bien asesorados por los especialistas de confianza.
Por norma general, para hacer uso de todo el dinero suele ser mejor el préstamo y para hacer uso tan sólo de una parte suele ser mejor el crédito. Pero todo depende de las condiciones del trato.
Se “cierra el grifo” del dinero
Las últimas noticias que han sido publicadas en la prensa económica y financiera coinciden en apuntar a que la “barra libre” de los créditos que existía hasta no hace mucho y, sobre todo, la liquidez financiera para empresas y particulares “ha llegado a su fin”.
El motivo es la crisis que venimos sufriendo especialmente desde febrero de 2020, con el comienzo de la pandemia del coronavirus. Se han perdido muchos puestos de trabajo, muchos negocios han cerrado o están inmersos en un ERTE, quizás abocados al cierre definitivo, y el consecuente aumento de la morosidad ha añadido presión de los requisitos para conceder dinero. Por tanto, los aumentos de los costes de las operaciones de saneamiento van a provocar “un parón” en el flujo crediticio, que será generalizado en el primer trimestre de este año 2021.
Es lo que los analistas llaman “crisis financiera silenciosa”, es decir, que “cierra el grifo” del dinero para evitar más morosidad. “Corte” financiero que afectará más a las familias con ingresos bajos y medios y a las empresas de menor tamaño, que disponen de menos activos y están más expuestas a la insolvencia.
El FMI ya ha avisado de que esta morosidad provocada por la crisis de la pandemia afectará gravemente al sistema bancario europeo y ha pedido “medidas de apoyo al sector financiero” hasta que comience su recuperación, además de reclamar a la banca que se abstenga de repartir dividendos y recomprar acciones.
Por su parte, la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, considera necesario que los bancos mantengan abierto el crédito, aunque deban ser estrictos para conceder financiación a las empresas.