Su nombre es Debrahlee Lorenzana y esta trabajadora fue despedida del Banco Citibank por una extraña razón: ser demasiado sexy.
Sus jefes le comentaron que “como resultado de sus curvas y su figura”, no podría vestir cierta ropa ya que causaría “demasiadas distracciones entre sus compañeros y supervisores”.
Casos como este, aunque no se conocen públicamente muy a menudo, sí suceden casi a diario. La discriminación de género o el acoso sexual en el trabajo son temas que, desgraciadamente, están a la orden del día y que, por mucho que nos gustara que no existieran, aun queda un largo camino por recorrer para conseguir su completa desaparición.
A Deborahlee, sus jefes le dieron una lista de prendas que no podría vestir, entre estas, se encontraban los jerséis de cuello vuelto, las faldas lápiz, los trajes de vestir ajustados o tacones demasiado altos.
La ex-trabajadora de Citibank no se lo podía creer, “¿Qué causo demasiadas distracciones? Mis clientes no parecen tener ningún problema.”
Esta pronto presentó una demanda por discriminación de género. En su caso ella afirma que cada día le decían algo, si no era por la ropa era por el pelo o los zapatos.
Dar el paso y denunciar
Este paso no es tan fácil de dar para todo el mundo. Son muchas las personas que, por determinadas razones, ni tan siquiera se plantean dejar su trabajo aun viviendo situaciones de discriminación o de acoso.
Por una parte, el miedo a no encontrar otro trabajo o fuente de ingresos suele frenar a muchas personas a dejar su actual trabajo, sin embargo, hay otro motivo: lo difícil que resulta para muchos enfrentarse a una situación de este tipo, no solo tener que explicar a sus seres queridos lo que sucede sino tener que enfrentarse ellos mismos a esta situación, tener que hacerle frente y encarar su realidad.
En estas situaciones, nunca se llega a conocer la verdad absoluta. En nuestro caso, el banco, por su parte, afirmó que se defendería y que las razones del despido fueron muy distintas. Además, afirma que el Citi está muy comprometido con la diversidad, que no tolera ningún tipo de discriminación y que fomenta la cultura de inclusión y un ambiente respetuoso en el trabajo.
Finalmente el caso se resolvió fuera de los tribunales, mediante arbitraje y, por falta de pruebas, el banco no tuvo que indemnizar ni con un solo céntimo a su ex-trabajadora.