Hace tan sólo un año y medio todos nos quejábamos cuando nos hacían quedar más rato de los normal en el trabajo y realizábamos horas extras. Ahora, en una época en la que necesitamos mantener nuestro trabajo, no nos importa tanto.
Ahora bien, hemos de tener siempre en cuenta que estar en el puesto de trabajo no quiere decir rendir más. Pues hay quien está allí para dejarse ver, aunque sea la hora de marcharse a su casa. Si se analizan el número de horas a la semana que se trabajan, un reciente estudio establece que en España se trabajan, de media, 41’8 horas a la semana, frente a Noruega o Suecia, que no llegan a 40 horas semanales de media y por debajo de Corea, Australia o incluso Reino Unido, que superan la cifra española.
Según el informe el “El mundo del trabajo”, los empleados son responsables con su trabajo y no abandonan su puesto hasta que no han terminado sus tareas. Las cifas lo confirman, pues el 49% realiza horas extras a diario, un 33% lo hace ocasionalmente y sólo un 18% no alarga nunca su horario más allá de lo estipulado.
Así, como conclusiones, el tiempo real trabajado y el tiempo acordado contractualmente no tienen por qué coincidir. El tiempo máximo legal de trabajo está regulado por Directiva Europea, adoptando cada país de forma autónoma su máximo a partir del tope establecido por el conjunto de países.
Otras de las preocupaciones de los Gobiernos es regular la jornada máxima que debe tener un trabajador. A este respecto, cada país también es libre de pactar su propia política y en el caso español esta cifra llega a las nueve horas diarias como máxima.