El lado humano ahorra publicidad en las pymes

EmocionesA veces una empresa lo tiene todo para triunfar desde el punto de vista socioeconómico: conoce perfectamente el mercado, su idea es innovadora y cuenta con un plan financiero con buenos cimientos y aporta algo diferente que no puede ofrecer la competencia. Sin embargo, ¿cómo anda en el aspecto humano?

En muchas ocasiones dejamos un poco de lado el estudio de las emociones y los racionamientos de nuestros clientes. ¿Qué esperan de nosotros?, ¿una empresa únicamente profesional o algo más cercano?, ¿somos capaces de crear expectación por nosotros mismos, vendiendo un producto con sentido y conociendo el lado humano de nuestros potenciales clientes?

En el mundo del marketing hay también que impactar las emociones de nuestro público, y esto solo se consigue a través de la creatividad. Ya puedan existir todas las reglas de mercados que hagan falta. Si no hay un vínculo emocional con nuestros clientes, nuestra campaña de captación no será completa. Debemos hacer que nuestra marca, nuestro producto sea deseable. De esta manera ahorraremos publicidad.

La cercanía que nos ofrecen las redes sociales es una buena herramienta para fidelizar con nuestros clientes y acercarnos a ellos. Las emociones, la confianza y el control influyen en la percepción que el cliente tiene del servicio recibido. En muchas ocasiones el servicio es correcto, pero tal vez le ha faltado cercanía. En otras sucede al contrario, claro. La justa medida es intentar complementar cercanía y confianza con el servicio deseado.

Las empresas que se toman la molestia de estudiar la confianza y las emociones de sus clientes tienen mucho ganado. A veces una campaña publicitaria a gran nivel no nos salva una empresa. Tampoco la salvará exclusivamente solo con la atención al cliente, pero sí una plataforma de emociones con una sólida base. Atraer la confianza de nuestros clientes, saber que aún no teniendo en stock lo que desean acuden a nosotros porque somos fieles, cumplidores y atendemos a su perfil humano.

Los aspectos psicológicos que entran en juego a la hora de atender a un cliente deben ser revisados con sumo cuidado. El éxito o el fracaso de una empresa, en muchas ocasiones, ha dependido precisamente de nuestro saber estar y el estudio de las emociones de nuestros clientes.

 

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