Las nuevas tecnologías forman una parte imprescindible de nuestras vidas, también en lo que a asuntos financieros se refiere. Esto ha permitido que se den importantes avances en este sector, entre los que podemos destacar el factoring y el confirming, servicios de cobro y pago facilitados por entidades financieras para ofrecer a empresas, especialmente pymes, una mayor liquidez.
Si hablamos del factoring, este es un servicio financiero de cobros, mediante el cual una empresa puede obtener una determinada liquidez, si realiza ventas a plazos a sus clientes, por medio del anticipo de facturas. Por otra parte, el confirming es un servicio financiero que hace mucho más sencillo el pago a proveedores.
Qué es el factoring
Vamos a comenzar definiendo más a fondo lo que realmente es el factoring. Cuando hablamos de factoring, nos referimos a un producto financiero, por medio del cual las empresas que lo precisan, transfieren los créditos comerciales de sus clientes a un determinado banco.
Esta operación se lleva a cabo con el objetivo de obtener mayor liquidez, de forma que la entidad a la que se le conceden los créditos comerciales, es la encargada de la gestión del cobro de las facturas correspondientes a los clientes, añadiendo ciertos intereses y gastos de gestión. Esto permite que la empresa que ha contratado este tipo de servicio, pueda cobrar el importe completo respecto a la venta, sin tener riesgo de insolvencia por parte de los usuarios. Algo que, como ya hemos mencionado, garantiza una mayor liquidez.
Existen diversos tipos de factoring. Por un lado, tenemos los factoring sin recurso. Estos se basan, como ya hemos mencionado, en ceder el crédito a cambio de liquidez. No obstante, en este tipo de factoring, es la empresa quien asume el riesgo de la operación si el cliente no realiza los pagos pertinentes, en caso de que se trate de una circunstancia ajena. Este suele ser el que más contratan las empresas a día de hoy.
Después, tenemos el factoring con recurso. Su funcionamiento es prácticamente el mismo que el factoring sin recurso, salvo por el hecho de que en este tipo de factoring, la entidad bancaria no asume riesgo alguno, por lo que las consecuencia de impago por parte de los clientes, recaen sobre la empresa bajo cualquier circunstancia.
Por último, está el factoring secreto. Este funciona bajo la condición de mantener en total secreto la identidad de la empresa que está solicitando sus servicios. De este modo, las empresas se aseguran de no perder la confianza que los clientes tienen sobre ellas.
Qué es el confirming
Se trata de un servicio de pago hacia los proveedores. Es decir, la entidad bancaria tiene la responsabilidad de manejar y realizar los pagos de las facturas de todos los proveedores que forman parte o trabajan dentro de la empresa. Es una manera mediante la cual los proveedores cobran su dinero mucho antes de lo que se suele cobrar de manera convencional.
Hay tres tipos diferentes de confirming. Primero, tenemos el confirming con recurso. En este caso, el riesgo de impago lo pasa a asumir el propio proveedor, mientras continúa cobrando por medio del confirming. En el caso de que la entidad bancaria tomase la decisión de realizar un anticipo sobre el cobro de la deuda, lo haría casi como si de un descuento financiero se tratase.
En segundo lugar, está el confirming sin recurso. En este tipò de confirming es al revés, el riesgo cae sobre la entidad. En caso de que la deuda cumpla la fecha límite de vencimiento, la entidad bancaria no sólo no podrá cobrar, sino que tampoco podrá reclamar nada al cliente por el importe.
Por último, pero no menos importante, tenemos el confirming con anticipo de crédito. En este caso, el proveedor tiene la opción de anticipar el propio cobro.