¿Cómo montar una pastelería del siglo XXI?

El negocio de la pastelería es uno de los que más cambios ha experimentado durante los últimos años en nuestro país. Pese a ser un ámbito en el cual ha predominado siempre el trabajo artesanal, el avance de la tecnología no ha pasado desapercibido entre los pasteleros, estando relativamente generalizada hoy en día la aplicación de nuevas técnicas y maquinaria en procesos que hasta hace bien poco eran hechos mayoritariamente a mano.
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CHOCOLATE, ¿QUIÉN PUEDE RESISTIRSE?

Uno de los placeres cotitidianos de esta vida es poder disfrutar de un buen chocolate, bien sea negro, con leche o menta… da igual el formato o los ingredientes con los que combinan los pasteleros de hoy en día. Los grandes maestros chocolateros del mundo han sabido capaces de elaborar grandes obras maestras gracias a su ténica y máquinas para procesar el cacao. Nuevos utensilios de gran utilidad para facilitar su labor y ahorrar tiempo son las chocolateras industriales como por ejemplo la de Inblan, un producto fabricado para hacer, conservar y servir el chocolate. Es evidente que el chocolate es un alimento esencial en el arte de la pastelería, con lo que este tipo de instrumentos son de gran ayuda en la actualidad, convirtiéndose prácticamente su uso en una necesidad. Ésta chocolatera, a parte de estar elaborada con acero inoxidable, cuenta con un agitador que mantiene el chocolate en constante movimiento, dejando una textura y un temperatura propicias, ya que dispone de un termostato regulable que garantiza la calidad. Su funcionamiento es realmente sencillo, ya que tan sólo se necesita calentar el producto al baño maría, mateniendo así la pureza del chocolate. Además, el aislamiento térmico que tiene posibilita que la temperatura sea siempre la adecuada con un mínimo consumo de energía, siendo su limpieza diaria también muy sencilla ya que su grifo, palas y depósito interior son desmontables.

EL ALGODÓN DE AZÚCAR, OTRO DULCE POR EXPLOTAR

Otro de los dulces más demandados por los usuarios habitualmente es el algodón de azúcar, consumido principalmente en fiestas y ferias por la calle y perfecto para compartir con amigos o familia. Sin embargo esa es la versión que todos conocemos sin embargo los grandes pasteleros son aquellos que están a la vanguardia de nuevas técnicas, mezclando sabores y culturas. Teniendo en cuenta que el algodón de azúcar parte de azúcar sólido de máquina puede surgir cualquier idea innovadora como por ejemplo elaborar 60 sabores distintos y de distintos color o combinarlos con cupcakes o por ejemplo elaborar un Martini delicioso de algodón de azúcar. Como podéis observar, la imaginación al poder.

Por ello, es muy importante contar con máquinas que nos permita la elaboración de un producto de calidad y de una manera sencilla se convierte en un elemento muy importante a la hora de lanzarse al mundo de la pastelería. Al igual que en el caso de las chocolateras, Inblan lidera el sector de la creación de máquinas algodoneras de azúcar con una experiencia de más de 60 años. Por su robustez y diseño están pensadas principalmente para un uso profesional por su facilidad y comodidad tanto en su manejo como en su limpieza, lo que permite una producción realmente rápida. Además, existe la posibilidad de optar entre dos tipos de algodoneras, la eléctrica y la de gas butano.

SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS DE FUTURO

Pese a la introducción de la tecnología y de nuevas técnicas modernas en la industria de la pastelería en España sigue estando clara una cosa, y es que  para que el negocio funcione se debe contar con un buen pastelero. La nueva maquinaria facilita y agiliza enormemente la labor, pero no puede sustituir las ideas y el cariño con el que se tratan los encargos. Por ello, la utilización de una buena materia prima se verá reflejada en el resultado final, consiguiendo la satisfacción total de un cliente exigente. Y ello porque pese a que éste sector está, hoy en día, dominado por las grandes firmas industriales (el 43,7% de la producción corresponde a la cinco grandes marcas según la consultora DBK) el consumidor sigue apreciando muy valiosamente la artesanía y la originalidad en la creación. Tal y como el mismo informe de la consultora dice, el sector de la pastelería industrial registró unas ventas de 3900 millones de euros el año pasado, unas cifras que se han ido incrementado año a año durante el último lustro y que se prevee que lleguen hasta los 4.040 millones de euros a finales de 2019. En este sentido, una gran parte del volumen de ventas (en concreto un 34%) corresponde a la elaboración de masas congeladas, lo cual refleja en gran medida la creciente sustitución del consumo de los productos frescos tradicionales por estas variedades. Así pues, la mejor forma de diferenciarse actualmente de los competidores es ofrecer un producto de calidad, prestando mucha atención a una presentación y una decoraciónque llamen la atención y que esté, en la medida de lo posible, personalizado con las exigencias del cliente. Es por ello que se ha puesto de moda durante los últimos tiempos el poner el sello de la pastelería en el envoltorio del producto, como demostración de que se está comprando algo fresco y artesanal que no está fabricado a gran escala. No hay que olvidar, además, que existe un buen número de personas con intolerancias digestivas y crear productos para este tipo de necesidades puede ser un gran reto.

Al final, el pastelero debe vivir en un proceso de actualización constante ya que mucho del trabajo consiste en probar y experimentar nuevas técnicas y sabores, por eso el contacto personal con los clientes y el escuchar sus sugerencias son el factor diferencial, algo en lo que se parte con ventaja con respecto a la producción industrializada.

 

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