2 – Harley Davidson
Cuando escuchamos el nombre de esta marca tenemos la sensación de marca única. Esto no es una casualidad. Se trata de una marca que lleva décadas vendiendo un estilo de vida, buscando la zona emotiva del usuario mucho antes de que habláramos técnicamente de conceptos como el marketing emocional.
Sin embargo, durante la última década, la competencia con los rivales japoneses ha sido feroz y, parecía, incluso que podría amenazar un estatus de marca implantado durante más de 100 años. El giro a la estrategia de negocio, abandonando prácticamente los costes tradicionales de marketing (ahora sólo basta un 15% de ese concepto) ha resultado más que positivo; se ha centrado en proporcionar experiencias a sus clientes, lo que ha multiplicado y motivado la sensación de no sólo adquirir una moto sino adquirir un auténtico estilo de vida.