El absolutista
Un líder es el encargado de establecer el rumbo de la nave y la dirección que debe tomar el equipo, pero también debe estar abierto a las propuestas del resto del grupo. Un error muy frecuente es caer en una suerte de absolutismo, en el que la visión y dirección son Ley, llegando a callar a quienes trabajan en el equipo.
La autoridad es necesaria en la empresa porque de ella deviene buena parte del respeto dentro del ámbito laboral, pero nunca debe lograrse a expensas de silenciar al resto de los empleados. El líder tendrá siempre la última palabra, pero debe atender a las propuestas del grupo para hacerles ver que su opinión importa y hacerles sentir parte de la empresa, lo que aumentará su productividad.
En cualquier caso, piensa que dos mentes piensan mejor que una y que, llegada a cierto tamaño, es imposible que una sola persona controle todo lo que sucede en la empresa. Y en este sentido, no hay nada peor que tomar una decisión sobre un tema que se desconoce.