No hay duda de que para todos los dueños de negocio una de las partes más importantes del mismo, amén del producto, son sus trabajadores. Sobre todo los buenos. Siempre tenemos miedo de que aquellos que son eficaces, que se sienten integrados e identificados con la empresa, puedan dejar el puesto. Cierto es que no hay nadie imprescindible, pero no lo es menos que cuando las cosas van bien, lo mejor es no tocar nada. Es momento de identificar a los buenos trabajadores y evitar que tengan la tentación de cambiar de empresa. Recuerde que un trabajador feliz es un trabajador más eficiente. Pero, ¿por qué tus mejores empleados pueden decidir irse de tu empresa? Travis Wright, jefe de marketing tecnológico de CCP Global, enumera en un artículo de la web www.inc.com las siguientes razones:
La primera es que ese empleado no se sienta bien recompensado. Y por recompensa no sólo entendemos un salario acorde con su valía, que también, sino que se sienta valorado. Para ello se le pueden otorgar minivacaciones, nuevos proyectos, mejores incentivos, etc… Todo lo que sea para que se sienta valorado, aunque los mismos sin una buena comunicación, en la que se le haga ver que es importante, no tienen tanto peso.
La segunda es que tenga problemas con su jefe directo. Puede que ese empleado se sienta muy satisfecho en la empresa, pero no con su jefe directo. Ante esta disyuntiva tienes dos salidas. La primera es cambiar a su superior y la segunda es ayudarle a que se comunique mejor con ese empleado que no queremos perder de ninguna manera. Hay que tener en cuenta que ser jefe no siempre es fácil ni todo el mundo puede hacerlo.
La tercera es que no se sienta valorado. Si el jefe directo no está valorando suficientemente al buen empleado y está dando más valor a otro por cuestiones ajenas al buen desarrollo del trabajo, el empleado que nos interesa mantener puede sentirse molesto. Por ello, como empresarios debemos estar atentos a todas las actuaciones de nuestros empleados desde el último hasta el que es de nuestra máxima confianza.
La cuarta es que tenga un exceso de trabajo. Cualquier empleado, por bueno que sea, por identificado que esté con el negocio, se quema si ve que se le exige mucho más de lo que puede dar, más rápido y con más calidad. Todos trabajamos a un ritmo, pero no podemos exigir a nadie que haga el trabajo de varias personas. Estar pendiente de este asunto, sentir empatía y ser solidario con nuestros empleados nos evitara este problema.
El quinto, por último, es no cuidar al resto de los trabajadores. El buen empleado, entre otras cosas, también es empático. Si tienes que despedir a varios trabajadores, debes explicarlo bien y no tratar de aprovecharte de tu situación de ventaja porque si los trabajadores que se quedan ven cómo te comportas con sus excompañeros querrán salir en cuanto puedan para no sufrir el mismo trato.
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