El lunes por la mañana es probablemente el día más crítico dentro de la semana laboral. Y no lo es tanto por la vuelta al trabajo después del fin de semana, sino porque es el momento en el que habitualmente se va a decidir buena parte de lo que haremos durante los próximos siete días. Esto es lo que debes hacer si quieres que la semana vaya rodada.
Comenzar correctamente el lunes es un ejercicio práctico encaminado a ser más eficaz y sobre todo a trabajar en mejores condiciones y obtener más éxito en el desempeño laboral.
Existen innumerables recetas sobre como comenzar la semana de manera adecuada, sin embargo es precisamente de la mezcla de todas ellas, tomando un poco de aquí y de allá cuando podemos construir un buen recetario de acciones positivas para mejorar el rendimiento el lunes por la mañana.
Empieza bien el día
Precisamente por ser el día más complejo para madrugar es el día en que tu reto debe ser madrugar más. Olvídate de los cinco minutos más y plantéate una rutina planificada para madrugar que puede comenzar con la práctica de ejercicio, que ayudará a mejorar tu circulación y te supondrá un buen empujón de endorfinas y realiza un buen desayuno con productos saciantes pero saludables que te eviten el hambre demasiado pronto por la mañana. Esto te pone ya en buena posición física para afrontar la mañana.
Remata el hecho de madrugar con llegar temprano al trabajo. Este es el mejor día para llegar pronto.
Organízate y asiéntate
El primer paso es una buena organización. Empieza por lo físico; tu espacio de trabajo, tus útiles…todo lo que vaya a influir en el desempeño de tus tareas procura que sea revisado y que esté listo para su uso.
Si hay alguna tarea o idea que incorporar al reparto de tareas posterior este es un buen momento para incorporarla.
Tómate el tiempo de saludar a tus compañeros pero que resulte práctico y si es posible desconectado del fin de semana, ya tendremos tiempo de hablar del fin de semana en el café.
Potencia la eficacia
Llega el momento de la distribución de objetivos y tareas. Da igual que seamos nosotros quienes los marquen o que respondamos a una serie de objetivos exigidos, deberemos en cualquier caso organizarlos y encajarlos dentro de nuestro horario laboral.
En este punto resulta interesante aprovechar la mañana del lunes para instituir un objetivo general diario para la semana que puede ser directamente relacionado con el trabajo o con cuestiones laterales (organizar el entorno de trabajo, desarrollar una idea nueva, etc).
Al final de la semana habrá más o menos objetivos cumplidos pero estos no se pueden ir determinado exclusivamente por su evolución, la política de incorporar novedades cuando hay fracasos es un fracaso en sí misma.
Ataca los retos
Una vez determinadas las tareas estamos ante un momento idóneo para atacar los retos, aquellas tareas que más difíciles parecen. Para este tipo de tareas el lunes por la mañana es un buen momento de enfrentamiento antes de ser desechadas definitivamente.
Es básico mantener el foco. El principal reto es comenzar la semana de manera eficaz, por ello resulta básico emprender acciones como la anterior y quedar desconectado de lo ocurrido durante el fin de semana, algo que muchas veces por un motivo u otro no se hace y que penaliza mucho la eficiencia durante la mañana.
Hay un martes
Todo lo anterior está muy bien y puede ayudar a orientar sobre cómo obtener el mayor provecho a un lunes por la mañana. Sin embargo, no debemos olvidarnos que tan solo se trata del comienzo de la semana, un comienzo potente sí, pero a fin de cuentas el punto de partida de todo el trabajo semanal.
Es importante que no todos los días de la semana sean un lunes. Para ello la intensidad de la planificación etc, la hemos desplazado a ese día y por eso mismo podemos asumir el desplazamiento de tareas de un día a otro.