Uno de los trucos más efectivos para ahorrar y conseguir libertad financiera viene resumido con la siguiente moraleja: Cuando pagas a plazos, pagas el doble. Contratar algún tipo de financiación siempre va ligado a intereses y esto resulta realmente caro.
En muchas ocasiones, creemos necesitar hacer un gasto que no podemos afrontar con nuestros ahorros, puede ser una reforma, un coche, un dispositivo electrónico… Como solución a este problema, muchas personas recurren a un préstamo. Sin embargo, esto tiene muchos inconvenientes. ¿Qué sucede cuando pagas algo a plazos?
Cuando compras a plazos acabas:
- Gastándote mucho más de lo que realmente necesitas. Por ejemplo, al comprar un coche a plazos se acaban contratando muchos más extras de los necesarios y de los que se contratarían si se pagara al contado. Esto sucede porque sabemos que ya que vamos a tener que endeudarnos y que cada mes pagaremos, digamos, unos 300 euros, aumentar esa cantidad hasta 350 euros no nos supondrá un gran esfuerzo, si total, son solo «50 euritos de nada y los extras lo merecen». La verdad es que al final, el gasto total es el que importa y ahorrarnos estos extras que nos resultan totalmente innecesarios nos puede dar una buena cantidad de dinero extra. Sin pagamos el coche al contado, ahorraremos dinero.
- Pagando más intereses. Ya hemos hablado anteriormente de la importancia del interés compuesto. Cuando uno se mete en una deuda y ha de pagar los plazos, cuanto más tiempo tarde en pagarse, mucho más aumentaré la cantidad a pagar. Puede haber gente que piense que les viene mejor tardar más tiempo en pagarlo y que cada plazo sea de menor cantidad, pero esto a la larga supone mucho más dinero.
Al estar endeudado, como es el caso de las personas que han de pagar una hipoteca (la mayoría), nace el sentimiento de que no podemos dejar de ganar dinero porque hay que pagar la deuda, de estar encadenado al trabajo especialmente ahora que las cifras de paro son tan altas y la búsqueda de un nuevo trabajo parece una tarea casi imposible. Esto crea infelicidad, de aquí la afirmación de que «el dinero sí da la felicidad«.
En muchas ocasiones, nos conformamos con trabajos que nos hacen infelices, aceptamos faltas de respeto por parte de superiores y salarios excesivamente bajos porque pensamos que no podremos encontrar nada mejor lo suficientemente pronto como para no faltar al pago de la hipoteca o de cualquier otra deuda. Conseguir libertad financiera nos hará disfrutar del trabajo y tomar decisiones bajo menos presión.
La lección de no pagar a plazos, viene mejor y más ampliamente explicada en este curso:
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