La tasa de morosidad condena el crédito a las PYMES

Ayer, día 18 de julio, conocimos los datos de morosidad correspondientes al pasado mes de mayo y lo cierto es que son realmente desalentadores, ya que situaron la tasa en el 6,498%, un valor muy por encima de un porcentaje sostenible en el medio-largo plazo, y que nos retrotrae a los valores de hace 16 años, allá por 1995, cuando intentábamos salir de nuestra última gran crisis.

Y es que con una tasa de morosidad tan elevada, los bancos y cajas españolas no estarán dispuestas a conceder créditos, y si los conceden lo harán con unas condiciones muy poco ventajosas para las PYMES, las cuáles se verán ahogadas por los intereses y las comisiones.

Pero el problema, más allá del valor que haya marcado la tasa de morosidad en el mes de mayo, es que no hay visos de que la cosa vaya a mejorar. Esta tasa viene muy determinada por la tasa de desempleo, y ésta, más allá de la estacionalidad propia del verano, está condenada a seguir creciendo en el futuro cercano, provocando mayores dificultades de las familias y de las empresas para poder pagar sus deudas.

Por tanto, hasta que no se consiga reducir la tasa de morosidad de manera continuada, y sólo se puede hacer recuperando el empleo, no habrá forma de que las PYMES puedan acceder al crédito de forma barata y sin tener que perder su propio ratio de solvencia empresarial.

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