Por qué no debes contratar a emprendedores en tu empresa

Todo lo bueno de los emprendedores puede no serlo tanto cuando en lugar de empresarios son empleados. Descubre por qué no deberías contratarlos para tu empresa

En un post anterior comentamos por qué deberías contratar sólo autónomos basándonos en lo que pueden aportar a la empresa y en cómo el hecho de haber sido dueños de su propio negocio o de sus finanzas les acercaba a la figura del empresario. En otras palabras, que saben lo que supone tener una empresa y por lo tanto hablan tu mismo lenguaje.

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En esta ocasión queremos ‘darle la vuelta a la tortilla’ y exponerte por qué no deberías contratar emprendedores y cómo todo lo que hace únicos a estos profesionales puede volverse fácilmente en su contra cuando se trata de trabajar por cuenta ajena..
Y es que como explica Kevin Daum en Inc.com, no es que los emprendedores no sepan trabajar en equipo o centrarse en un proyecto. De hecho, son capaces de hacerlo mejor que la mayoría. Se trata simplemente de ciertos hábitos y del propio enfoque del emprendedor lo que hace que no sean los empleados más productivos.

Para empezar, siempre o casi siempre dirán lo que piensa, muchas veces sin el suficiente tacto como para pensar quién está delante. Esto quiere decir que si un proyecto tiene algo que no les gusta, expondrán ‘sin pelos en la lengua’ los defectos, a veces incluso hasta machacarlo delante de quien tuvo la idea. Esta tendencia puede ser positiva en ciertos momentos, pero también puede desestabilizar la armonía del grupo y hay que controlarla.

Del mismo modo, como están acostumbrados a apagar fuegos no dudarán en solventar un problema que hayan detectado si ven que nadie se pone manos a la obra. El problema es que pueden hacerlo incluso con proyectos que no son suyos. Esto puede volver a generar rencillas, al igual que el hecho de que tiendan a presionar a los compañeros para que sean más productivos sin importarles que haya gente que considere su trabajo como una forma de ganarse un sueldo y no como su proyecto y motivación vital.

Compromiso y exigencia

En esta línea, un emprendedor querrá ver el fin que hay detrás de cada acción y de cada empresa, por lo que no se limitará a cobrar a fin de mes, exigirá que haya una historia detrás de la compañía y sus proyectos.

A esto hay que tienden a menospreciar las políticas internas de la empresa, una herramienta en la que la mayoría de grandes empresas depositan sus procesos de selección. Para un emprendedor, la productividad y el éxito, entendido como la consecución de unos objetivos, está pode delante de cualquier cosa. Este enfoque hacia el resultado y no el proceso puede ser positivo, pero al mismo tiempo hace que no encajen tan bien los pequeños fracasos que se dan en toda empresa.

Por último, si hay algo que los emprendedores adoran es debatir. Una buena puesta en común de los objetivos de la empresa puede ser de gran ayuda, pero todo tiene un límite que la mayoría de emprendedores sobrepasa al entender que este debate es casi tan productivo como el propio trabajo.

Y ahora que ya conoces cómo opra la mente de un emprendedor ¿contratarías a uno?

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