Cuando cerramos el pasado año 2013 y nos acercamos a los datos de comercialización de nuestras pequeñas y medianas empresas en el exterior comprobamos dos cifras interesantes por cuanto aportaban una visión de conjunto ciertamente realista de un modelo de pyme que aunque efectivamente apostaba por el mercado exterior lo seguía haciendo con timidez incluso en un momento en el que la dirección de las apuestas empresariales en general (y en buena medida también impulsada por las políticas gubernamentales) señala la exportación y la comercialización exterior como un camino a futuro.
Los datos
En aquellos datos relativos entre los años 2011 y 2013 podemos ver que efectivamente cerca del 40% de las pymes de nuestro país ya comercializaban sus productos o servicios en mercados exteriores, un aumento interesante si se compara con tan sólo con tres años atrás pero, qué cruzado con otro dato que nos viene decir que poco más del 12% de dichas pymes encuentran los mercados exteriores la colocación para al menos el 70% de su volumen de negocio (comercialización de productos o servicios) acaba por dibujar este panorama de la comercialización de mercado exterior a que nos referíamos al comienzo del artículo.
Aunque evidentemente en lo que llevamos de año los apuntes a una mejoría general, llevan a conceder una importancia incluso superior a la que ya tenía a la citada comercialización exterior de las pymes, la progresión de este modelo de comercialización sigue siendo lento, y, por otro lado no debemos olvidar, no excesivamente interesante a decir de un buen número de analistas por lo que de cambio de modelo de negocio puede llegar a presentar en determinados modelos de pymes.
La comercialización
Debemos recordar en este punto que en nuestro país aún prácticamente el 70% de las pequeñas y medianas empresas se pueden catalogar dentro del concepto de empresas familiares que, como una de sus características medias (obviamente no aplicable a todas) mantienen una postura de innovación limitada y muy centrada en sus desarrollos y canales habituales de comercialización que resultan difíciles de ser retocados.
En definitiva en un año que no se prevé resulte bueno para la pequeña y mediana empresa nuestro país debemos seguir la pista a los datos de la comercialización exterior de los productos y servicios generados por este modelo de empresa por cuanto, según todo apunta, estos datos volverán a rajar cifras de crecimiento a lo largo de este 2013.
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