La importancia de la formación continua en las pymes

Es algo que como concepto apenas genera debate, raro será quien no acepté que la formación continua es un elemento clave en el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, del dicho al hecho existe ese largo trecho que nombra el refrán, y es que efectivamente en general nuestras pymes se aplican poco en la formación una vez asentados en el mercado.

El error clave en todo esto proviene de la identificación de los objetivos inmediatos de la empresa con los medios entre los que se incluye la formación.

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De algún modo se vienen a considerar los procesos de formación de manera positiva en los momentos previos al lanzamiento de un nuevo proyecto, y, en los años de asentamiento del mismo, sin embargo, si se logra el objetivo de asentar la empresa en el mercado la tendencia a la formación generalmente disminuye cuando no se diluye; hemos confundido un proceso continuo con un proceso en busca de objetivos concretos a medio plazo.

¿Por qué seguir formándose?

No hay un único motivo que justifique continuar con los procesos de formación incluso cuando la empresa se encuentra asentada, de hecho, probablemente, sea en esos momentos en los que más importante resulta de un planteamiento global de formación que alcance a todos los miembros de la empresa.

Podríamos aducir motivos personales de progreso individual, que son muy importantes, por supuesto podríamos también esgrimir el argumento de la competitividad y los enormes avances que la tecnología impone y para los que debemos estar plenamente preparados, estos y muchos otros argumentos se pueden utilizar para justificar la formación continua, sin embargo realmente es mucho más sencillo; aprender e innovar es la base del nuevo modelo de negocio encaminado al éxito, un proyecto que no es capaz de aplicar estos conceptos ni como estrategia de empresa ni a título de individual de sus miembros está tarde o temprano abocado a quedarse obsoleto.