Todo lo que sirve para crecer está bien visto ahora que la vida se explica en términos económicos y no obstante, no importaba dónde se busque financiación para algunas pequeñas y medianas empresas (pymes), siempre se encontraran con esta oportunidad.
Debido a su tamaño no podían acceder a la Bolsa y la existencia de inversores ángeles o empresas de capital riesgo, aquellas que se aventuran a inyectar dinero en sectores promisorios y ricos en imaginación.
El Mercado Alternativo Bursátil (MAB) abrió la veda de la financiación en 2011 y para las pymes, el MAB se convirtió en un escaparate donde contonearse, con sus proyectos y propuestas a la vista, para conseguir liquidez.
De las 21 pymes que cotizan pequeño del mercado continuo, cuatro son compañías con raíces gallegas y con respecto a esto, en esta legislatura el Igape no deja escapar la oportunidad de conceder a 32 empresas casi 900.000 euros en total para que apresuraran sus trámites.
A la vez que se anunciaba el rescate financiero de Grecia, Altia Consultores se hacía ver en el parqué de la Bolsa y el primero de diciembre de 2011, la compañía coruñesa se convirtió en la primera pyme gallega en salir al MAB.
Ademas, hubo tres motivos para que esta empresa aguerrida al cableado de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), se procure un hueco en el mercado organizado y la primera aspiración era darse a conocer y luego la segunda, era captar recursos y profesionalizarse; y la última, era que presidente ejecutivo de Altia, realice una valoración externa de la compañía.
Con respecto a esto, el director financiero de la empresa, Ignacio Cabanes, establece que la participación los posicionó como la empresa alternativa a nivel gallego del sector TIC y sin embargo, les fue tan bien que los dos primeros años repartieron dividendos con sus accionistas a tres céntimos por acción. El precio de los títulos de valores cayó desde entonces un 5% aunque su coste no es muy volátil, ya que el MAB utiliza el fixing.
Con este método que reduce la compraventa de acciones a dos veces diarias, los cambios se minimizan y se produce en 2011 que su valor iba a acabar en rojo, hubiesen salido igual a la bolsa.
Cada día, los inversores pujan por una u otra idea y en este mercado está abierto a todo tipo de inversores ya que se intentan sacar beneficios desde los fondos de pensiones e inversión, a las Sicavs (Sociedades Anónimas que invierten en activos financieros y cuentan prácticamente con inmunidad a la hora de tributar).
El MAB no se presento en el mejor momento, y, sin embargo, su situación no es comparable a la del Ibex 35. Esto hace que se vaya aguantando con pérdidas muy moderadas -3 o 5%. Las empresas contratan supervisores, como Beiras, de Novamab (la compañía de Nova Galicia Banco) para que controlen todo lo referente a la cotización y a su juicio, el mercado alternativo debería servir a aquellas empresas en gestación, que necesitan capital para consolidar procesos de expansión e innovación.
GalChimia intenta hacerse sentir y comenzó a gatear entre los microscopios de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), en 2001 y, ahora procura potenciar y acelerar el proceso de internacionalización en el que están inmersos que reconocio el consejera delegada. Se están engranando las máquinas para lograr que sus investigaciones en química orgánica lleguen a las farmacéuticas, y tratar de atajar las dudas futuras que plantea la economía.