La opción de la Cooperativa

Siempre ha habido quien se crece ante las adversidades, quien en medio de una coyuntura complicada es capaz de reunir todo el valor suficiente y encajar los problemas como si se tratara de oportunidades para crecer y llegar mucho más lejos. Y en este país, si algo se ha aprendido en los últimos años, es a afrontar las situaciones difíciles con entusiasmo y valentía.

Por ello, desde el comienzo de la crisis, muchos trabajadores que han sido víctimas de expedientes de regulación de empleo, de despidos colectivos o de cierres de empresas han optado por tomar las riendas de su futuro y formar cooperativas como una alternativa posible para evitar el paro.

Fundar una cooperativa como alternativa al cierre

Difícil si interesante también

Tomar esta decisión no es fácil. Como todo negocio, requiere asumir ciertos riesgos, pero además, si la fundación de la cooperativa se deriva del cierre de una empresa, la Ley contempla que los cooperativistas deben comprar la unidad productiva, lo cual en muchas ocasiones resulta complicado porque los trabajadores pueden llevar cierto tiempo sin cobrar sus salarios y haber agotado, por lo tanto, gran parte de sus ahorros.

No obstante, según indican los expertos, este tipo de empresas también resiste mejor los envites de las crisis, puesto que responden a un funcionamiento más democrático y asambleario que además se sustenta en un marcado sentido de pertenencia experimentado por todos los trabajadores.

En cualquier caso, el nacimiento de cooperativas no deja de crecer desde hace más de diez años, por lo que muchos estudiosos apuntan a que la crisis no es la única causa que empuja a los trabajadores de este país a buscar cada vez más la posibilidad de asociarse mediante este modelo empresarial.

Sin embargo, uno de los principales retos a los que se enfrentan hoy en días las cooperativas es precisamente ser percibidas como empresas con el objetivo de generar confianza y atraer inversiones.

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