Una de las máximas preocupaciones de los empresarios a la hora de montar un negocio es el coste de los trabajadores. Porque no se trata solo del sueldo; al salario hay que unir las cotizaciones a la Seguridad Social, un coste añadido que encarece notablemente el presupuesto en nóminas. España es uno de los países europeos que más cotiza a la Seguridad Social y se ha de tener muy presente a la hora de efectuar cálculos.
La nómina de un trabajador consta básicamente de dos apartados: el salario y las cotizaciones. Una tercera parte corresponde al IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), pero es un porcentaje que se retiene de la nómina y que deberá aportarse en su momento a las arcas del estado.
El salario bruto
El cálculo de los salarios se rige por los convenios colectivos. Existe un salario mínimo interprofesional, que es el mínino que debe cobrar un trabajador en cualquier empleo, pero lo que va a determinar el salario es la cantidad establecida en los convenios colectivos provinciales, que se establecen en función del sector profesional y de la categoría laboral.
El convenio es la base para fijar un salario, pero además pueden intervenir los pactos con los comités de empresa y los acuerdos particulares. En determinadas negocios se impone únicamente el criterio del empresario. En cualquier caso, conviene cumplir con los convenios para evitar conflictos con los trabajadores y posibles denuncias.
Por lo general, los convenios se revisan cada año, aunque hay empresas que lo hacen en plazos más dilatados. Los que si se tiene en cuenta cada año es el aumento del IPC (índice de precios al consumo), un índice que establece el gobierno de acuerdo con la variación de los precios y que viene a compensar el encarecimiento de la vida.
El coste de la seguridad social
El salario estipulado en los convenios constituye lo que se llama salario bruto y es la base para el cálculo de las aportaciones a la Seguridad Social. Por término medio, el coste de la Seguridad Social equivale al 30% del salario bruto del trabajador en el caso de los contratos indefinidos. Cuando los contratos son temporales y/o a tiempo parcial, la aportación es algo mayor (1 ó 2 puntos, dependiendo del caso).
La cotización a la Seguridad Social agrupa a diferentes partidas: contingencias comunes (23,6%), desempleo (entre 5,5 y 6,7 %, dependiendo del contrato), accidentes de trabajo (entre un 1 y un 6,7% en función de la actividad), formación profesional (0,6%) y cotización al Fondo de Garantía Social (FOGASA), con un 0,2%.
Un ejemplo práctico
El cálculo del coste de un trabajador dependerá del tipo de contrato y de las horas trabajadas. A título de ejemplo, vamos a elegir un auxiliar administrativo que trabaje en la provincia de Madrid 40 horas semanales:
- Salario bruto: 1.140 €
- Seguridad Social a cargo de la empresa (30%): 342 €
- Coste total para la empresa: 1.482 €
- Suelto neto trabajador: se calcularía restando del salario bruto su parte de aportación a la seguridad (sobre un 6,3%) y el porcentaje de IRPF correspondiente.